El Palquillo

Recorrido por las iglesias de la Madrugada en Sevilla

El Santuario de Los Gitanos acoge a la cofradía que cierra la Madrugada

El Santuario de Los Gitanos acoge a la cofradía que cierra la Madrugada / Juan Carlos Muñoz

Los templos de la Madrugada no solo son lugares de culto y peregrinación de miles de personas, sino que son monumentos clave de la ciudad de Sevilla más allá de su Semana Santa. El Arco de la Macarena, la calle Pureza, San Lorenzo... Lugares de especial carga devocional y sobre todo de trascendencia histórica y social. 

De San Antonio Abad, céntrica donde las haya y muy transitada diariamente, sale la hermandad del Silencio, los primitivos nazarenos de la ciudad que llevan haciendo su estación tal día como hoy desde el siglo XIV. La iglesia se compone de dos naves pertenecientes a corporaciones distintas. 

Eran un hospital y la Hermandad del Silencio, que se fusionaron arquitectónicamente en el siglo XVIII. La construcción del nuevo edificio la dirigió Diego Antonio Díaz, que concibió dos espacios de planta rectangular y cabecera plana. En el siglo XIX se abrió una amplia puerta la calle, utilizada para que pudiera salir la cofradía.

La plaza de San Lorenzo se viste de silencio riguroso y recogimiento para la salida del Señor de Sevilla, el Gran Poder, que cuenta con Basílica propia desde 1965. El interior es una planta concéntrica circular con añadidos precedida de un atrio porticado.

Cuenta con un camarín tras el retablo por el que cientos de sevillanos pasan al día para depositar sus oraciones y plegarias a Jesús del Gran Poder, que antiguamente recibía culto en la parroquia. 

El imponente Arco de la Macarena se sitúa anexo a la Basílica de la Esperanza Macarena, donde recibe culto esta devoción universal. El templo fue levantado a finales de los años cuarenta, pero históricamente la Macarena ha recibido culto en la parroquia de San Gil. Su entorno es un auténtico mar de lágrimas y emoción en cuanto la Virgen cruza el dintel del atrio y se entrega por completo a Sevilla. 

El Señor de la Sentencia en el interior de su Basílica El Señor de la Sentencia en el interior de su Basílica

El Señor de la Sentencia en el interior de su Basílica / Juan Carlos Muñoz

Cruzando el puente, en la vieja calle Larga de Triana, encontramos la Capilla de los Marineros, donde la veneradísima imagen de la Esperanza recibe culto junto al Cristo de las Tres Caídas. Fue construida en 1759 tras el terremoto de Lisboa, y acogió definitivamente en el siglo XX a esta hermandad, que antiguamente recibía culto en Santa Ana y en San Jacinto. 

Por último sobre el antiguo convento del Valle, se sitúa el amplio y diáfano templo de Los Gitanos, adonde se trasladan las imágenes titulares en 1999 procedentes de la parroquia de San Román. Desde el año pasado, su suelo es propiedad de la hermandad, que alcanzó al fin el anhelo histórico de conseguir una sede particular. Será la primera Madrugada sin Juan Miguel Ortega Ezpeleta, que como hermano mayor trasladó a este templo a su hermandad. 

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