El Sevilla necesita vender. Salvó los muebles en mayo con la entrada en la Champions vía Europa League, una verdadera transfusión de sangre, y evitó el coma en abril cuando con Mendilibar alejó la amenaza del descenso.

No saben muy bien los aficionados sevillistas las consecuencias gravísimas que hubiera tenido para la viabilidad de la entidad un descenso a Segunda con el cuarto mayor presupuesto de la Liga y los sueldos que le permitían tener el cuarto mejor límite salarial de la Liga. Con dos años de pérdidas consecutivas –41,3 millones de euros se presentaron en la Junta de 2021 y 24,8 en la de 2022, cuentas pendientes de aprobarse, además–, hubiera sido un trance que hubiera obligado a empezar prácticamente desde cero.

Pero, afortunadamente, las dificultades se superaron y hoy el relevo de Monchi en la dirección deportiva, Víctor Orta, puede planificar con cierta solvencia, aunque su radio de acción está limitado aun teniendo el respaldo de los ingresos por la Champions.

Para empezar, el Sevilla necesita realizar una gran venta para obtener liquidez y respaldo para ir al mercado. Todas las miradas en este punto se centran en En-Nesyri o en Bono, teniendo en cuenta además que por un portero, aun estando entre los tres mejores del mundo, no va a llegar una oferta que se posicione como la mayor venta de la historia del Sevilla. Pero no hay más activos de este calibre en la plantilla.

Aunque en el club hay cierta confianza en que operaciones menores reporten cierta solvencia y maniobrabilidad en el mercado. Son las ofertas que pueden llegar por jugadores de un segundo escalón por los que están apareciendo rumores. Además en algunos casos se trata de jugadores que acaban contrato en 2024 y, por lo tanto, la situación exige una venta o una renovación. Y ahí el Sevilla puede picotear.

En todas, lógicamente, tendrá que dar su opinión José Luis Mendilibar en su puesta en común con Víctor Orta y son nombres que están en la mente de todos: Montiel, Papu Gómez, Tecatito Corona, Nianzou y también jugadores por los que en los últimos días han surgido equipos interesados como Óliver Torres, Acuña y Ocampos.

Por el extremeño se ha hablado en México de una posible oferta de los Rayados de Monterrey. El jugador, que acabó a muy buen nivel y siendo clave en el esquema del técnico vasco (fue titular en la final de Budapest) está a gusto en Sevilla y no quiere marcharse. Le queda sólo un año de contrato, por lo que Orta deberá decidir este verano. Por Ocampos ha aparecido en la Premier el rumor de una posible oferta del Fulham. El argentino, sin ser un talento técnico, es el prototipo de jugador para la liga inglesa por fuerza, zancada y verticalidad. Habrá que ver cómo se desarrolla el verano, porque el de Quilmes, aunque no se anunciara, renovó hasta 2025 y tiene una cláusula de 80 millones de euros.

Pero éstos son dos futbolistas con los que Mendilibar querrá contar. Distinto son los casos de Papu Gómez, Montiel o Tecatito Corona. Con el primero puede estar la solución en Arabia Saudí, donde el Dalmac le ofrece un gran contrato, lo que liberaría una de las fichas más altas de la plantilla y donde Orta debe afinar porque las exigencias financieras de LaLiga obligan a una revisión y una rebaja de la masa y los límites salariales.

Con Montiel también ha habido noticias este verano, aunque las especulaciones han surgido desde el fútbol brasileño, un mercado no muy potente económicamente. Sería uno de los deseos de la dirección deportiva, pues tiene mercado y no ha aportado lo esperado. Él, ademas, quiere salir, pues ha visto que con Jesús Navas es difícil competir. Por último, con Tecatito, pretendido por Aguirre en el Mallorca, hay dudas tras su lesión.