La 21 edición del Festival de Música Española de Cádiz Manuel de Falla rinde hoy homenaje al compositor local que sumó hace ya unos años su nombre al título del festival. Un día después de celebrar el cumpleaños del músico gaditano, el festival recuerda el centenario del estreno de ‘El retablo de maese Pedro’, la obra que Falla creó de un episodio del ‘Quijote’ para que su música se acompañara de títeres. Y la obra, además, que supuso el germen de su Orquesta Bética. Y todo coincidirá en el concierto de hoy, a las 20.00 horas en el Palacio de Congresos, con la Orquesta Bética de Cámara, los títeres de la compañía Per Poc y además la presencia de la gaditana Lara Sansón como primer violín de la formación que dirige Michael Thomas.

Lara Sansón cuenta las horas para actuar en su tierra natal. No será, por supuesto, la primera vez que lo hace, pero sí su debut en el Festival de Música de la ciudad: “Tocar en el festival es para mí, personalmente, un orgullo. En Cádiz he dado conciertos, algunos con mi hermana (Claudia, también violinista) o con otros músicos. Y será espectacular hacerlo con la Orquesta Bética y con la obra de Falla. Seguro que será muy emocionante”.

La violinista gaditana es desde 2018 concertino, primer violín, de la orquesta andaluza. Fue después de participar en unas pruebas que convocaron hace algunos años y en la que fue elegida para ese puesto por el director, Michael Thomas, a quien ya admiraba por su labor al frente de la Orquesta Joven de Andalucía. “Mi historia con la Orquesta Bética es muy bonita, la verdad. Y está siendo una experiencia de crecimiento brutal. Y aparte el orgullo que es, como gaditana, de estar en la orquesta que fundó el propio Manuel de Falla”, explica Lara Sansón.

La intérprete gaditana hace aquí un paréntesis propio para reivindicar una vez más la figura de Manuel de Falla y hacer un nuevo llamamiento para que Cádiz alce aún con más orgullo la bandera de haber sido cuna de uno de los mejores compositores de la historia de la música: “Sé que está muy valorado, pero no todo lo suficiente que debería. Para mí es el más grande de los compositores”.

Y en el centro del programa, ‘El retablo de maese Pedro’, quizás una obra menos conocida musicalmente pero que Falla estrenó oficialmente en París aunque unos meses antes hubo una audición en Sevilla.

“El objetivo -explica Lara Sansón- es conmemorar el centenario de esta pieza, que fue además hecha para la Orquesta Bética; básicamente la orquesta fue formada para esta pieza, así que se trata de un evento muy redondo. Una obra muy poco conocida, poco tocada, que tiene una parte complicadísima, la de la declamación con el papel del niño que interpretará un miembro de la Escolanía de Los Palacios. Es un evento para nosotros muy significativo”.

Además, la violinista añade una curiosidad: “Falla cambió la disposición de la orquesta para el ‘Retablo’. El arpa va a la derecha del director, el clave está delante de los violines y los violines están al fondo, cuando normalmente la sección de cuerda está en la parte más cercana al director. Es al revés. Falla lo concibió así”.

El programa de hoy se completa con una obra de Debussy para la que el propio Falla realizó los arreglos para su interpretación por la Orquesta Bética, y también con la pieza ‘El retablo de las maravillas’, una obra original del músico sevillano Alberto Carretero que debe su nombre a uno de los famosos entremeses de Miguel de Cervantes: “Es una obra programática -explica Lara-. Con un lenguaje muy contemporáneo, prácticamente atonal salvo un fragmento pequeñito del centro que recuerda totalmente al ‘Retablo’ de Falla, que sí es tonal. Están muy divididas las secciones, igual que la obra de Falla. Es como si siguiera la misma estructura. Y está hecha para la misma orquestación”.

Unos 20 músicos integran la actual formación de la Orquesta Bética que hoy estará en Cádiz, una formación que dirige Michael Thomas, un asiduo del festival gaditano, y que demuestra que como en toda su carrera como director “apuesta mucho por la juventud”. Lara Sansón destaca la mezcla de veteranía y de juventud de la orquesta y el ambiente que se vive en la formación: “Hay una energía buenísima; esta orquesta es como una pequeña gran familia, estamos todos muy implicados. Y estamos teniendo programas muy exigentes musicalmente hablando”.