La violencia: sus... raíces

Muchas conductas violentas tienen su raíz en una mala educación, corregible en los centros de enseñanza con la colaboración de los padres

Hace tan sólo un par de días (jueves por la mañana) el autor de eta "opinión" echaba un vistazo a las noticias publicadas en este periódico. Nos llamó especialmente la atención una: "Repunta el acoso y la violencia a los docentes, especialmente desde los alumnos". Subtítulo: "El número de agresiones ha crecido un 15% en el curso pasado, rompiendo la tendencia descendente". La noticia en cuestión alude, ni más ni menos, que a la una indeseable situación de violencia en las aulas.

La brutalidad -en cualquiera de sus formas- constituye, a buen seguro, uno de los problemas que más preocupan. A todo quisque. Y, quizás por esta razón, no hay día en que los distintos medios de comunicación no nos amarguen la existencia con noticias sobre distintos tipos de violencia. Ejemplos no nos faltan: Desde distintos ámbitos, y con toda justicia, se comenta la llamada "violencia de género" que tantas víctimas ha originado y sigue causando. Y tampoco faltan las noticias sobre la violencia de la que resultan víctimas, en determinadas ocasiones, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, etc.

La violencia en las aulas también es noticia… de vez en cuando. Pero, a nuestro juicio, estos casos con una menor repercusión mediática.

La… "noticia" de la "violencia" en las aulas se produce por variados motivos: bien sea a propósito de las agresiones y amenazas de que son objeto los profesores por parte del alumnado, bien sea por presiones ejercidas sobre los dichos docentes para que mejoren las calificaciones en determinados supuestos…

Obviamente, las formas de violencia -sean cuales sean- requieren, todas ellas, la máxima atención y tratamiento a fin de evitar las conductas indeseables.

Decimos "todas ellas" para apostillar que ni una sola forma de violencia debe ser excluida del tratamiento preciso. Eso sí: Un… "tratamiento" que, a juicio de Las Tendillas, debería comenzar en los centros educativos. Porque, aparte de los casos de posibles patologías susceptibles de tratamiento clínico (que haberlas haylas), muchas conductas violentas, muchísimas, tienen su raíz en una mala educación, corregible en los centros de enseñanza si cuentan con la imprescindible colaboración de los padres que, con frecuencia, brilla por su ausencia, cuando no resulta de efectos negativos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios