Tinta y borrones

El futuro del PSOE

En el PSOE ha pasado como en otros, que el aparato está alejado de la gente y, peor aún, de su militancia

Los resultados de las primarias del PSOE han dejado con la boca abierta a más de uno, pero no a los que conocen de verdad los entresijos del partido y, sobre todo, a la militancia. La victoria de Pedro Sánchez y, sobre todo, la derrota de Susana Díaz tendrá sus consecuencias en Andalucía y en Córdoba, no queda otra, sobre todo porque la hegemonía susanista se rompe y porque ya habrá menos miedo a levantar voces en contra, algo prácticamente impensable hasta ahora en el socialismo andaluz. No hay que olvidar que una vez pasado el congreso que designará oficialmente a Sánchez como secretario general se tendrán que producir los cónclaves provinciales y ahí el aparato otra vez se puede encontrar con la militancia, más ahora que se ha demostrado que los oficialistas no son invencibles.

Hay muchas teorías de la victoria de Pedro Sánchez, una de ellas habla del triunfo del populismo y apunta directamente a que los militantes se han equivocado. Poca autocrítica hay en ese análisis, que no tiene en cuenta que en el PSOE ha pasado como en muchos partidos, que el aparato o los que dirigen no tienen ni idea de lo que piensa la gente realmente, ni de lo que les preocupa. Alejados completamente del día a día de la ciudadanía, algo más grave aún si lo que se obvia es el sentir de su propia militancia.

También hay otra tesis que vislumbra un beneficio para Podemos en el triunfo de Sánchez y no debería darse por hecho con tanta ligereza, entre otros motivos, porque el apoyo a Sánchez puede suponer que vuelvan los votos fugados de la izquierda socialista que se fueron a Podemos sin miramientos. Lo han dicho no pocos dirigentes socialistas: "Nuestros hijos se están yendo a Podemos". Susana Díaz, la representante de la abstención, la que se vincula directamente con el aparato, con los poderes fácticos y con el Ibex 35, hubiera tenido más difícil recuperar esos apoyos.

En clave local, ¿qué pasará en el proceso de designación del próximo secretario general de Córdoba? ¿Sigue estando tan claro que sea Antonio Ruiz? ¿En qué posición quedan los que apoyaron abiertamente a Susana Díaz? ¿Saldrán los críticos a buscar su cuota? Habrá que verlo, pero está claro que no vienen tiempos fáciles para el PSOE en Córdoba ni en Andalucía, porque la todopoderosa Susana se ha llevado un baño de humildad que hace que su liderazgo se resquebraje.

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