¿No a… "criterios economicistas?"

La "concertada" constituye un importante ahorro de recursos, que se necesitan en otros servicios públicos

En la publicación del pasado jueves, que suscribe Lourdes Chaparro, la prestigiosa periodista del Grupo Joly, refiere algunas de las reivindicaciones de los docentes, a tenor de entrevista realizada al presidente de la Junta de Personal Docente no Universitario, Antonio Rafael López. Hemos leído con especial interés la totalidad de la amplia y detallada entrevista a la que aludimos. Al autor de Las Tendillas le resultaría gratificante hacer un análisis pormenorizado de cada una de las reivindicaciones. Las limitaciones de espacio nos impiden este… desahogo. Por el contrario, sí podemos emitir nuestra resumida -y modesta- "opinión" respecto de algunos asertos del susodicho representante de los docentes. Por ejemplo, dice que "queremos que se actúe con generosidad con la escuela pública, que es de todos" y que "no haya criterios economicistas".

Obviamente, el autor de esta "opinión" siente un enorme respeto y admiración por los profesores. Por todos. Porque en sus manos -y no en las de la Guardia Civil- está acabar con la violencia de género, los botellódromos y otras muchas de las calamidades que la actualidad nos depara. Mas, en esta ocasión, nos vemos en la necesidad de disentir respecto de la cualidad que la representación del profesorado atribuye a la "escuela pública", de la que predica que "es de todos". Sí, señor. Pero este mismo atributo es predicable de la "concertada". Digo. Porque la "enseñanza" no es propiedad de una formación política. No: Es de quienes la pagamos. Ouséase: de los humildes contribuyentes (activos o pasivos). En consecuencia, la propiedad "de todos" no es patrimonio exclusivo de la "escuela pública". A la "concertada" le asiste, con todas las de la ley, el mismo derecho e idéntica… titularidad.

Obviamente tampoco podemos dar nuestra conformidad a la pretensión de que "no haya criterios economicistas". Entre otras muchas razones, por las siguientes: A tenor de fuentes de la máxima solvencia, un alumno de la enseñanza pública nos cuesta el doble de un alumno de la "concertada". Por otra parte, no disponemos de datos de los que podamos deducir que los alumnos de la enseñanza pública gozan de una mejor preparación que los de la "concertada". En consecuencia, la "publica" supone un despilfarro. La "concertada" constituye un importante ahorro de recursos, que se necesitan, a gritos, en otros servicios públicos. Ejemplo: Dependencia. Los abuelos no pueden esperar.

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