La astucia y el 'seny'

Nunca hizo nadie carrera minusvalorando desde la arrogancia, pero se ve que ellos son tan, tan, tan astutos

El independentismo catalán incorporó hace ya unos cuantos años el sustantivo femenino 'astucia' como término preeminente de su vocabulario secesionista. Virtud, la de ser astuto, que ellos reformulan a su modo, ya que la entienden como la habilidad trilera y leguleya necesaria para pasarse la legislación vigente por el forro para lograr sus objetivos por la vía rápida. El inhabilitado y agostado Artur Mas, supongo, representa la quintaesencia del político astuto a la catalana. Aunque quizá su padre político, el absolutamente irreal Jordi Pujol, esté todavía un par de escalones por encima en el santoral de la astucia indepe. Mas parece dispuesto sin embargo a ser el más de lo más, que para eso es Mas, y seguro que los suyos le celebran como astucia de la buena que, para recurrir su inhabilitación, haya planteado que se están vulnerando sus derechos constitucionales. Porque no deja de ser astuto, tela de astuto, que el mismo que quiere pisotear la soberanía nacional que recoge la Carta Magna sea el que se refugie en ese mismo texto para hacerse la víctima, que es lo que lleva haciendo desde que a su partido lo cogieron con las manos en la masa y se vio claro que él de eso de gestionar no tenía ni zorra. La astucia catalana, cómo se ve, es pues lo mismo que lo que aquí llamamos cinismo, pero qué sabremos nosotros. Eso, claro, unido a algo que no me parece a mí tan astuto: y que consiste en tratar al resto de españoles como si fuesen o fuésemos gilipollas, incluidos los magistrados del Constitucional. Nunca hizo nadie carrera minusvalorando desde la arrogancia y la autoasumida supremacía, pero se ve que ellos son tan, tan, tan, tan, taaannnn astutos que quieren formar un país insultando la inteligencia del ciudadano medio y saltándose la ley a piola para luego implantar otra que, por supuesto, ya no se podrá saltar ni el mismísimo demonio por mucho tridente que lleve. Del viejo seny catalán, que pasaría por ser modesto y buscar complicidades en vez de enemigos, supongo que ya no queda nada sino un ligero recuerdo. Pero qué sabré yo, palurdo del Sur, de los planes superiores del astuto Mas y de sus astutísimos secuaces.

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