Tinta y borrones

Gente que hace cosas

Adentrarse en el mercado laboral sin red alguna es un acto de valor que no se valora desde la administración

La Asociación de Trabajadores Autónomos de Andalucía presentó ayer su barómetro -del que se da buena cuenta en este periódico- acerca de cómo le van a ir las cosas al sector en este recién estrenado año. La mayoría cree en la recuperación, piensa que estos meses van a ser mejor que los de 2016 y están convencidos de que se podrá crear empleo. Es más, alrededor de 700 cordobeses se adentrarán en la aventura del emprendimiento y crearán su propia empresa, quizá movidos por la falta de trabajo, por fidelidad a una idea o, simplemente, por instinto. Todos ellos me parecen unos valientes porque montar un negocio hoy en día es todo un asunto de riesgo, aunque que se lleve ya mucho tiempo intentando incentivar el trabajo propio. Adentrarse en el mercado laboral sin red alguna y además con pocas prestaciones si se fracasa es un acto de valor que desde las propias administraciones no se valora como se debería.

Pero es que resulta que hay gente que está dispuesta a correr ese riesgo. Gente que hace cosas que finalmente pueden derivar en un negocio o que simplemente se hacen por amor al arte. El otro día un joven estudiante de Comunicación, Álvaro Guerrero, se presentó en la redacción del periódico para dejar a la sección de Cultura un CD con siete canciones compuestas y producidas por él. Confieso que sólo escuché unos acordes pero me parece increíble que un universitario tenga inquietudes más allá de las propias clases o la cafetería, como -creo- hacíamos casi todos. Para quien quiera comprobar cómo lo hace el chico, su trabajo se puede comprar en la Escuela de Músicos El Gato. Tengo otros ejemplos de gente que hace cosas, que no se conforma sólo con ir de su casa al trabajo o con esperar una oportunidad. Amigos que han hecho de su pasión por la naturaleza su profesión, otros que ponen su granito de arena para que esta ciudad avance o, al menos, que no se conforme con lo que hay. Gente que hace cosas, aunque eso suponga una sobreexposición y la crítica, pero ahí están.

Alguno de los 700 que a lo largo de esta año se darán de alta en el régimen de trabajadores autónomos seguramente habrán comenzado así. A los que no terminen en el mundo empresarial también los necesitamos. Y claro que 2017 va ir bien, mejor incluso, porque siempre habrá gente dispuesta a arriesgarse por una idea.

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