Hubo un tiempo en que la televisión autonómica andaluza embelesaba al personal con la emisión de un espectáculo en el que intervenían unos personajes popularmente conocidos como el "Risitas" y el… ¡"Cuñaooo…!". Estas singulares… galas, que nos deparan algunos… parientes -sean cuñados o hermanos-, no siempre se producen en los platós de las televisiones públicas. Y no siempre datan de una etapa prehistórica: algunas de las ocurrencias a las que aludo son de fecha reciente, cuando no actual.
Las hemerotecas registran un episodio conocido como "caso Waterguerra" o el "escándalo del hermanísimo". También tuvo como personajes centrales a dos… parientes: los hermanos Alfonso y Juan Guerra. El afer motivó la dimisión, en su día, de Alfonso, a la sazón vicepresidente del Gobierno. Motivo: uno de los mayores escándalos de corrupción y tráfico de influencias protagonizado por el… "hermanísimo", Juan.
Actualmente, la jueza Bolaños está siendo objeto de recusación por el PP-A, por su condición de instructora de un procedimiento judicial contra la Agencia IDEA, que da empleo a la esposa de un hermano de la magistrada. (Y otra vez los parientes).
Desconocemos los resultados de la instada "recusación". Pero, a juicio de Las Tendillas, el PP-A anda sobrado de razones justificativas de la "recusación". Es más: Por rigurosa aplicación del artículo 219 de la LOPJ, no solo resulta procedente -y justificada- sino que, a nuestro juicio, debería ser la propia jueza la que se apartara del caso mediante la "abstención" que regula el invocado precepto. A mayor abundamiento de argumentos, tengo que transcribir, nuevamente, la opinión del magistrado (en excedencia) Javier Gómez de Liaño y Botella que, tiempo ha, decía al autor de este espacio: "Hoy, desde el punto de vista técnico, me quedo con la inequívoca doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos cuando afirma que la imparcialidad judicial consiste en una ausencia de prejuicios o parcialidades tal, que excluya cualquier duda razonable al respecto y donde las apariencias revisten extraordinaria importancia".
Parece, pues, justificada la "recusación". En consecuencia, hacemos votos por que la misma se resuelva conforme a las pretensiones de quienes la solicitan, en evitación de otro espectáculo… sin el Risitas y su "¡Cuñaooo…!"
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios