Mensaje en la botella

Córdoba casi en riesgo extremo

Da la sensación de que hay quien piensa que el coronavirus ya se ha ido

Cuando parece que el buen funcionamiento del plan de vacunación contra el coronavirus y el anuncio de que en una semana nos podremos quitar las mascarillas en los recintos abiertos nos llena de optimismo, la contundente estadística de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía nos pone los pies en la tierra para decirnos que la pandemia sigue ahí fuera y que no estamos libres aún de una enfermedad que está siendo letal. Córdoba tiene en la actualidad la tasa más alta de contagios de toda España y, además, ha contabilizado en la última semana más de un millar de nuevos positivos. Casi nada. Más números. A día de hoy son 87 las personas que están recibiendo cuidados en los hospitales, de las que 24 se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) al ver agravado su estado de salud. Asimismo, la cifra de fallecidos se mantiene en 966 desde el inicio de la pandemia. El resumen es que por primera vez en muchas semanas, los cuatro distritos sanitarios cordobeses superan los 200 casos por cada 100.000 habitantes, lo que deja al global de la provincia rozando ya el riesgo extremo.

No es necesario especular demasiado para encontrar una explicación a lo que está pasando y el propio alcalde de Córdoba, José María Bellido, lo apuntó hace apenas unos días. Así, dijo que los focos de contagios en celebraciones privadas y familiares como bodas, bautizos y comuniones y entre los menores de 29 años están aumentando en las últimas semanas. Pero además de estos festejos privados -graduaciones escolares y universitarias incluidas como estamos viendo- el trabajo de la Policía Nacional y la Local se ha intensificado al tener que disolver concentraciones de personas en distintos puntos de la ciudad.

Todavía estamos a tiempo de voltear esta preocupante situación, pero para ello es necesaria una mayor concienciación ciudadana, porque da la sensación de que hay quien piensa que el coronavirus ya se ha ido. Nada más lejos de la realidad. Los epidemiólogos han dicho por activa y por pasiva que la vacuna no acaba con la enfermedad, sino que las personas ya inmunizadas pueden transmitir el virus y que en caso de contagio los efectos serán menos dañinos, pero solo eso. Nada más. Y nada menos.

Córdoba no va volver a la casilla de salido, eso es evidente, pero tampoco puede quedarse atrás en el plan de desescalada que las administraciones tienen en marcha. Para ello es necesario mantener la disciplina y respeto a las normas sanitarias aprobadas. Tenemos que pensar no solo en la salud de todos, sino en el impacto que podría tener un avance descontrolado de la epidemia en los sectores económicos más castigados en el último año y medio y que empiezan ya a ver la luz al final del túnel. Aunque suene a tópico, en nuestras manos está la solución, que siempre será mejor que lamentarnos porque se nos haya ido de las manos.

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