En el Aeolian Hall de Nueva York dieron conciertos los mejores intérpretes de la época y se estrenaron obras de los más distinguidos contemporáneos: Respighi, Heifetz, Prokofiev, Bussoni, Ravel, Paderewski, Rachmaninof o Stravinski. Pero ha pasado a la historia de la música porque en él, el 12 de febrero de 1924, Paul Whiteman estrenó la Rhapsody in Blue de Gershwin en un programa titulado Un experimento en música moderna. El compositor era una figura emergente que había tenido en 1919 su primer éxito –la canción Swanee que estrenó Al Jolson– y se hacía un nombre componiendo canciones para las revistas George White’s Scandals, cuyo director musical era Paul Whiteman. Impresionado por el talento del joven Gershwin, convenció al empresario para que incluyera en su Scandals de 1922 la ópera vaudeville en un acto Blue Monday. El resultado le impresionó tanto que le encargó una obra de jazz sinfónico.

El compositor trabajaba entonces en la primera gran comedia musical íntegramente compuesta por él con libreto y letras de su hermano Ira, Lady, Be Good, que había de estrenarse en el Liberty Theatre de Broadway en diciembre de 1924. Y olvidó el encargo de Whiteman hasta que, tres semanas antes del estreno, vio el anuncio del concierto en los periódicos. La compuso en ese breve tiempo. Fue orquestada para banda de jazz y piano por Ferde Groffé, el arreglista habitual de Whiteman, y en su estreno de febrero del 24 obtuvo un éxito inmenso. En 1946 Groffé haría otro arreglo para orquesta sinfónica y piano, que con el tiempo sería el más difundido.

El jazz, entonces naciente, entró con esta obra en las salas de concierto, aunque aún tardaría en ser reconocido como la música más representativa del siglo XX. Y Gershwin, que estrenó Lady, Be Good a finales de ese año interpretada por Fred y Adèle Astaire, se convirtió en uno de los nombres mayores de la música americana, aunque también tardó años en que la crítica seria reconociera su genio. Su gloria la harán los grandes jazzistas –con Charlie Parker, Louis Armstrong, Miles Davis, Ella Fitzgerald o Billie Holiday al frente– haciendo suyas sus creaciones.

El centenario de los estrenos de Rhapsody in Blue en febrero y Lady, Be Good–la sala de conciertos y el escenario de Broadway unidos– en diciembre de 1924 convierten este el año en el del centenario de la eclosión del genio de Gershwin.