Tinta y borrones

La España vaciada

El filtro burbuja lo engloba todo, pero todavía quedan remansos a los que no llegan los algoritmos

El otro día leí en una entrevista en la contraportada de este periódico que los algoritmos -esos que nos dicen qué leer, a dónde viajar o qué ropa ponerte- también tienen influencia en lo que comemos y cocinamos. No es Masterchef el único que ha influido en que ahora queramos una cocina perfecta con horno para hacer las recetas que buscamos en internet. El algoritmo empieza desde la misma mata del tomate, donde ahora se ha decidido que lo moderno son los raf, que quedan mucho mejor en Instagram. Si piensa que ahora compra el calabacín ecológico por conciencia, en realidad es el algoritmo. Si le ha dado por reducir el consumo de carne, también. Si de repente solo ve en las redes sociales mensajes a favor del veganismo es el dichoso algoritmo una vez más. Esto ya no venía en la entrevista, la verdad, pero es evidente que nada se escapa ya del filtro burbuja. Sobre todo ahora que por fin se habla del campo, de lo rural, de la España vaciada. Puede pensar que de verdad le preocupa al tema -sobre todo a los políticos, que ahora es una cosa-, pero realmente está influenciado por los mensajes que sus redes sociales han seleccionado para que lea.

A veces me da miedo pensar cuántas de las opiniones que tengo son mías. Me gustaría decir que todas pero desde que tengo un correo electrónico en Gmail no lo tengo muy claro. Dudo de si el viaje que planifico es porque realmente quiero o porque aparece en los 20 destinos del New York Times para visitar este año. Dudo de si el último libro que estoy leyendo es porque me apetece o porque es uno de los mejores estrenos editoriales de la temporada. No sé si quiero salir a correr para desconectar o para hacer después una foto desde el mirador de La Asomadilla y que la vean todos mis amigos. En serio, quiero pensar que fui a ver Dolor y gloria porque Almodóvar es mi director favorito desde el instituto y entonces no había algoritmos. Luego pienso que he vivido hasta hace unos días sin haber escuchado un acorde de Contando lunares de un tal Don Patricio que, por lo visto, es la canción más escuchada del país y eso me da esperanza.

A veces la España vaciada es necesaria y, aunque esto no sea demasiado popular, por favor, que al menos queden algunos pueblos en los que no lleguen los algoritmos y podamos decir lo que realmente pensamos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios