El Ayuntamiento de Córdoba está buscando familiares y descendientes del general Ciriaco Cascajo, que fue quien proclamó la Guerra Civil en la capital y la máxima autoridad durante la contienda, para retirar la inscripción de su lápida en el cementerio de La Salud por incumplir la Ley de Memoria Democrática.

Así lo ha informado el alcalde, José María Bellido, al PSOE, que ha llevado el tema al Pleno ordinario del mes de mayo en Capitulares. El grupo municipal socialista también ha pedido la retirada de la distinción de Hijo Predilecto de Córdoba. 

En septiembre, ha recordado el alcalde, a través de un decreto inició un expediente para la retirada de la inscripción contenida en la lápida de la tumba, por un lado, y para la retirada de la distinción, por otro. Ahora, buscan descendientes del general por considerar que "deben ser ellos" los que retiren la inscripción. Sin embargo, el Ayuntamiento tendrá que hacerlo si no se consiguiesen. 

En la lápida se puede leer la expresión “…su más enérgico y decidido defensor en el Alzamiento Nacional de 1936”, que puede considerarse una manifestación de exaltación de los sublevados, prohibida por la Ley de Memoria Democrática. Además, el Consistorio busca conocer los motivos por los que tal distinción le fue concedida y, en su caso, formular la propuesta correspondiente para la revisión de oficio o retirada de la distinción si la misma supone exaltación o enaltecimiento de la sublevación militar, la guerra o la dictadura.

El inicio de este expediente se formula tras una consulta realizada por el Defensor del Pueblo Andaluz y tras la preceptiva consulta a la Asesoría Jurídica Municipal y las reiteradas peticiones de los colectivos memorialistas 87 después del inicio de la guerra.

Si bien la asesoría jurídica recomendó iniciar el expediente para la retirada de la inscripción, recordó que el enterramiento de Ciriaco Cascajo “cumple con lo exigido en el artículo 38 de la Ley de Memoria Democrática y apartado 6 del artículo 35 pues no está localizado en ningún lugar preeminente sino en un cementerio público y, al tratarse de un enterramiento, se pudiera entender que la inscripción tiene estricto recuerdo privado”.

Cuando se produjo el golpe de Estado el 18 de julio de 1936, Cascajo era coronel, comandante militar de Córdoba y estaba al mando del Regimiento de Artillería Pesada número 1. Tras contactar con Gonzalo Queipo de Llano esa misma tarde proclamó el estado de guerra en Córdoba.