Luis J. Pérez-Bustamante

Nosotros "podemos" y ellos aún más

DE las pocas cosas que podemos decir que han funcionado en este 2008 que cerramos en tres días han sido las campañas de marketing de la Selección española y del nuevo mesías del mundo Barack Obama. Unidas por un mismo concepto -una decía que "Podemos" y la otra "Yes we can" (Sí, podemos)- los creadores de imagen que están tras ambas ideas se han apuntado sendos triunfos que a buen seguro les van a dar de comer durante muchos años. Tal es el éxito de la fórmula que todo el mundo se ha subido al carro y desde un programa que reconstruye casas, hasta la cadena pública que retransmite la Copa Davis, pasando por cualquier hijo de vecino, está convencido de que si grita fuerte "podemos" logrará cuanto se proponga.

Eso mismo deben haber pensado quienes escribieron los discursos con los que el Rey y el presidente del Gobierno nos han agasajado esta semana pasada. Ambos, imbuidos del espíritu probabilista, no han dudado en afirmar que afrontamos tiempos difíciles y que, si trabajamos juntos y arrimamos el hombro, "podemos" superarlos. Mensajes para generar optimismo y responsabilidad en unos momentos de incertidumbre absoluta, en unos meses en los que mantener el puesto de trabajo se antoja cada vez más difícil para miles de ciudadanos -hay quien asegura en el Ministerio de Trabajo que la cifra de parados alcanzará los cuatro millones el año próximo- y en unos días en los que todos los encargados de hacer previsiones auguran que esta recesión que padecemos tardará en irse más de lo que habíamos calculado.

Está bien esto de que las principales autoridades del Estado, su jefe y su presidente, salgan ante las cámaras para inocular espíritu en las apocadas almas de los españolitos e intentar buscar una reacción de confianza que salve a cuantos más mejor. Sólo queda que también se les diga a los banqueros y presidentes de cajas que ellos también "pueden" dar créditos y apoyar a las pequeñas y medianas empresas en lugar de destinar los fondos que logran en subastas estatales para provisionar posibles pérdidas. O contarle a las grandes empresas que "pueden" hacer un esfuerzo y no aprovechar la coyuntura para maquillar grandes regulaciones a la sombra de la crisis. O hacer que los políticos entiendan que "pueden" dejar de lado diferencias ridículas y buscar juntos soluciones que transmitan seguridad a sus votantes. O hacerles ver a los constructores que "pueden" bajar los precios de sus pisos para venderlos y reactivar su sector. O para enganchar a los especuladores y vendedores de motos y enseñarles que "pueden" acabar con sus huesos en la cárcel por los múltiples timos que han cometido. Todas esas cosas también "podemos" hacerlas, que no siempre va a ser el sufrido currito de a pie el que dé el callo.

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