QUE ciudad de interior como Córdoba tenga, como tuvo ayer, dos procesiones de la Virgen del Carmen dice mucho del arraigo de esta devoción en la ciudad. Además, diversas circunstancias las han dividido en dos partes opuestas del Casco Histórico, es ha sido ha huella real de la ciudad hasta anteayer. San Cayetano y Puerta Nueva vivieron ayer su día grande con sendas procesiones que fueron la culminación de unas jornadas que se iniciaron a la medianoche con la salutación, cada vez más multitudinaria, a estas imágenes marianas. Porque la devoción a la Virgen del Carmen es algo que se mantiene vivo en la sociedad y no hay mejor prueba que ver que cómo este nombre se sigue imponiendo a las niñas tal y como reflejan periódicamente las estadísticas oficiales. Esta día de fiesta grande en San Cayetano y en Puerta Nueva tuvo, como siempre, un respaldo popular multitudinario que demuestra que estas fiestas de barrio que trascienden a la ciudad entera siguen vivas. Tan vivas que en el caso de los carmelitas descalzos tuvieron ayer su primera salida a la calle despues de confirmar que la imagen que preside su iglesia conventual será distinguida con el honor de la coronación canónica. Este reconocimiento eclesiástico es el respaldo oficial al trabajo bien hecho en la revitalización de una hermandad que languideció por razones que no vienen a cuento y que ahora tiene una pujanza que para sí la quisiera más de una cofradía de penitencia.