Tinta y borrones

La derecha

Si la derecha quiere permanecer unida, la opción no debería ser incluir planteamientos de Vox

Una vivía feliz pensando que en España estábamos muy por encima de todos esos movimientos xenófobos y de ultra derecha que sí están teniendo eco en otros países de Europa como Alemania, Francia o Italia. Y digo era porque este domingo saltó a las portadas de la mayoría de diarios digitales la "exhibición de fuerza" -así la llamaban- de Vox en Vistalegre, un lugar que ya se ha convertido en todo un símbolo para todo aquel que quiera se algo en política. Vox reunió a miles de simpatizantes con discursos contra la inmigración y propuestas como la supresión de autonomías o la derogación de la Ley de Violencia de Género. Unos planteamientos que horrorizan pero que se podían haber quedado ahí si no fuera porque el -supuesto- auge de Vox es uno de esos temas recurrentes que se pueden estirar hasta el infinito. Y entonces viene la parte en la que no se sabe lo que da más miedo, si el discurso radical de Vox o el del presidente del PP, Pablo Casado, llamando a la unidad de la derecha para que no perder votos entre la mediática irrupción de Vox.

Si la unidad de la derecha en España pasa por incluir al partido de Santiago Abascal, los partidos que se autodenominan de centro derecha tienen que hacérselo mirar. Si había que dar alguna respuesta, no hubiera estado mal una desvinculándose de cualquier punto en común con partidos que están en contra del feminismo -sin matices- o la ilegalización de determinado partidos. Pero llega Pablo Casado y dice que tiene puntos en común con Vox, pero que esos votos no se vayan a perder, sino que queden en el PP.

Pese al inicio de esta columna, realmente no creo que en España tengan cabida los discursos contra los extranjeros a los niveles que ha habido en otros países. No creo que Vox haya ampliado su nicho de votos ni que vaya a hacerlos. Son los mismos, con menos complejos por el auge de la ultraderecha en Europa, pero desde luego no ayuda que los principales líderes políticos nacionales lleguen a plantearse que Vox pueda ser un problema. Ni mucho menos verbalizarlo.

Si la derecha quiere tener opciones de gobierno o si quiere permanecer unida, desde luego la estrategia no debería pasar por incluir planteamientos de Vox. En España estamos muy por encima de cualquier propuesta radical y ese sí es el verdadero mensaje de unidad que hay que lanzar.

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