Hace un mes pasabas por la calle Luis de Góngora y apenas te cruzabas con alguien. Ahora, por contra, no sólo te encuentres gente sino que el viandante tiene que hacer equilibrismos para ir sorteando a las decenas de motocicletas que hay allí aparcadas. Y es que mucho se habla de las dificultades que los veladores de los establecimientos hosteleros suponen para el peatón, pero no tanto del suplicio que supone avanzar entre vehículos y otros transportes. Aquí, eso sí, hay un metrillo de acerado y al menos se puede circular.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios