EL concejal de Seguridad y Tráfico -ahora llamado Movilidad-, José Joaquín Cuadra, es un hombre de recursos. Poner en marcha la operación de tráfico alternativo con motivo de las obras de El Realejo no es nada fácil. Por eso ha tenido, en compañía de otros compañeros del gobierno municipal, infinidad de reuniones con vecinos y comerciantes para escuchar sus quejas y sugerencias para darles forma en un plan que contentase al mayor número de personas posible. El argumento de peso utilizado no es otro que la necesidad de reformar este enclave de la ciudad, uno de los puntos más populosos y transitados. Para convencer a los habitantes del entorno de la bondad del trabajo que allí desarrolla ya el Ayuntamiento, el ingenioso de Cuadra les dice que cuando acaben las obras, El Realejo se va a convertir en el bulevar de San Andrés, una afirmación que les deja con la boca abierta. Mucho arte.