Orgulloso

El orgullo es pues múltiple: por el colectivo Lgtbi, por mi ciudad, por mi país y por el futro que espero

A la hora que escribo estas líneas avanza ya desde la plaza Colón hacia las Tendillas la primera marcha del orgullo Lgtbi de Córdoba, una movilización histórica, conocida popularmente como del orgullo gay y que supone un hito en la lucha por los derechos civiles. Aunque no vaya en ella, como a tantas otras a las que el oficio me impide ir, sí que me sumo desde aquí y añado que me siento orgulloso. Orgulloso de toda la gente que ahí camina, ideologías aparte, defendiendo algo tan simple como la libertad individual. Orgulloso de los que fueron víctimas, de los pioneros y de los que, pese a haber sido educados de otra manera, se sumaron después. Orgulloso de una Córdoba en la que, pese a que aún existan resistencias notorias, cada cual puede hacer con su vida afectiva y sexual lo que le salga de las narices, que para eso este país es una democracia, con miles de problemas pero democracia. Más democracia que muchas que se dan más aire y pese que los mismos españoles caigamos casi siempre en la tentación de resaltar nuestra historia oscura por encima de nuestra historia luminosa, como si cualquier otro país de este planeta no tuviese muertos, intolerancia e incomprensión en el morral. Ahora, además, se cumplen 40 años de los comicios constituyentes, cuatro décadas largas del término de la sangrienta noche franquista, y al ver estas marchas del orgullo que se suceden no me queda otra que pensar que nada de esto habría sido posible sin tal sistema de libertad . Ni con unos extremismos ni con otros estaríamos aquí, por eso creo que en esta hora, y a pesar de los pesares , no queda otra que agradecer a los que la idearon su feliz hallazgo, sin el cual no habría sido posible la lucha de nadie. El orgullo es pues múltiple: por el colectivo Lgtbi, por mi ciudad, por mi país y por el futuro que espero para mi hijo. Una España en la que convivimos con civismo mejorable, pero civismo, heteros, bi, trans y homos, curas, imanes y rabinos, liberales y socialdemócratas, tipos como yo de camisa de cuadros con modernos a la berlinesa. Mucho que luchar, no lo dudo, pero para lograrlo en este mismo camino hay que persistir. Orgulloso estoy de lo conseguido y esperanzado a pesar de que nuestra libertad esté amenazada hoy por enterradores, dictadorzuelos y vampiros de tres al cuarto.

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