Tinta y borrones

Mayoría de edad

Esta profesión es un continuo aprendizaje en el que nunca hay que relajarse y cada día es un reto

Qué lejos se ve la mayoría de edad cuando se es aún un niño o preadolescente. A todos nos ha gustado eso de vivir deprisa, querer cumplir años más rápido, hacer cosas que todavía estaban prohibidas. "Ya te quitarás años y te acordarás de esta etapa", decía, sabia como siempre, mi madre. Y anda que no llevaba razón. Ahora se ve con nostalgia esos años de juventud en lo que todo era nuevo, en los que no había miedo a a probar, a experimentar nuevas emociones, sentimientos, a volver a empezar de nuevo, porque cada día era una aventura distinta. Ese arrojo de los 18 años es complicado que vuelva. Con la edad, una se vuelve más conservadora, prefiere más los planes tranquilos que las noches locas y empieza a valorar a los amigos por otras cuestiones más allá de por la ropa que me presta.

Qué lejos quedaba aquel 19 de noviembre de 2000 la mayoría de edad para los valientes periodistas que se atrevieron a formar parte de un proyecto nuevo, que no las tenía todas consigo, pero al que no le faltaba ilusión y profesionalidad. Qué lejos quedaba entonces, incluso, el posicionamiento SEO, los community manager, los CEO, el clickbait, la agenda setting, o los algoritmos. Ese día se lanzaba a los quioscos este periódico con el único propósito de hacer periodismo de calidad y de sumar al desarrollo y progreso de la provincia, siempre desde un punto de vista crítico y arrimando el hombro cuando hiciera falta. Escuela de periodistas comprometidos y admirados que siempre han dado lo mejor de sí mismos en una profesión tan denostada muchas veces, pero que es vital para el buen funcionamiento de la democracia. Amigos del alma algunos todavía.

Ahora, 18 años después, se alcanza la mayoría de edad casi con la misma inquietud con la que un joven se enfrenta a la vida adulta. Porque esta profesión es un continuo aprendizaje en el que nunca hay que relajarse y porque cada día hay un reto ya que, lo que hoy funciona, puede que mañana no. Pero ante la incertidumbre de lo que pueda venir, quizá sea bueno volver a esa esencia del comienzo, cuando no se hablaba de fake news sino que no se publicaba nada sin confirmarlo antes. Cuando no importaba ser el primero sino dar una buena exclusiva. Porque el periodismo seguirá siendo necesario y este periódico también. No lo duden.

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