Yo siempre lo he dicho, y esta vez lo vuelvo a decir, y con toda la razón, que quiero que hablen de Córdoba y de su gente cuando sea por cosas buenas, que si es porque se ha metido la pata prefiero que estemos callados y que no se diga ni media palabra, que me da mucho sofoco cuando es lo contrario, que es lo que me ha pasado esta semana y seguro que no soy el único, me parece a mí.

Y es que es lo que le faltaba a nuestro Córdoba, que si no hay un presidente para decir una burrada o para hacer un vídeo del que se ríe todo el mundo, pero no por lo gracioso, precisamente, que no tenía ninguna gracia, hay un jugador que se pone a vender la equipación del equipo en un segunda mano, así, tal cual, como les estoy contando. Y que luego lo han explicado de mil maneras, porque no tardó en salir la noticia en todos los periódicos de España, que menudo el bochorno, ya se pueden ustedes hacer idea, y hasta el chaval presentó sus disculpas, lo que ustedes quieran, pero que el teatro ya estaba hecho. Por cosas así digo lo de la tele, que me da mucha fatiga cuando cuentan estas cosas, y más con el tonillo que las cuentan, y con toda la razón del mundo, por otra parte, porque la cosa tiene su miga, se explique como se explique. Para esto me parece que viene muy bien ese refrán que habla de los perros flacos y de las pulgas, porque chispa más o menos es lo que nos está pasando, y hasta un poco más, que le estamos viendo las orejas al lobo y hasta el agua, la poca agua, en el fondo del pozo, y eso ya asusta, y mucho.

Esta semana he leído mucho en mi Día sobre la Mezquita, sus puertas y las celosías, y la verdad es que yo no me acabo de enterar muy bien de lo que pasa, para qué les voy a decir otra cosa, que no sé si alguien lleva razón del todo o solo a cachos, o lo que sea, ya saben ustedes. De lo que tampoco me entero es de eso de las herencias, que cada uno dice una cosa, y bien distinta. Lo que sí me parece extraño, y mucho, es que solo se hable en Andalucía de eso, cuando es una cosa que se paga en toda España, y además se paga lo mismo, eso es lo que me tiene escamado. De cualquier forma, es algo que no me afecta, que yo no voy a heredar nada de nada y hasta un poco menos, así que a mí, para bien o para mal, no me afecta, y así a la mayoría de los vecinos del barrio. Ya quisiera yo que me afectara. En fin, que espero que el de la semana que viene venga con más sonrisas, que el de hoy me ha salido un pelín raro, aunque seguro que cambia a mejor, que ya huele a caracoles, torrijas y azahar, bendita mezcla.

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