celta | córdoba · informe técnico

Entrenamiento sin porterías

  • El CCF y el Celta se reparten la posesión en un partido sin un tiro a puerta · Paco empezó con un 4-1-4-1 y acabó con un 4-4-2, dando descanso a varios titulares

Ni un sobresalto ni un disgusto. El guión estaba escrito y el Córdoba y el Celta se dedicaron a seguirlo al dedillo. El empate era lo mejor para ambos y ese fue el marcador que se reflejó en Balaídos. Quizás podría haber sido de otra manera, pero ambos decidieron que fuera sin goles. Fue un pacto de no agresión. No hubo ni un tiro a puerta y la única vez que intervino un portero fue Alberto García para atrapar un centro bombeado desde la derecha por De Lucas. Eso fue todo. O nada. Los contendientes se repartieron la posesión y comenzaron a festejar antes del final sus premios. El vigués es jugar en Primera División el curso que viene; el cordobés, pelear por el último billete hacia la elite en un play off a vida o muerte que arranca ya este miércoles. Esto no se detiene.

Con la mente puesta en lo que está por venir, Paco decidió prescindir de Gaspar y Charles, el segundo además apercibido de sanción, en un once con tres novedades respecto al del Murcia: Tena, Fuentes y Patiño. No fue el único cambio, pues el técnico recuperó el 4-1-4-1 que no utilizaba desde la jornada 34, en el empate sin goles con el Sabadell en El Arcángel. En este caso, el dibujo era lo menos importante, porque las intenciones estaban muy claras. De hecho, desde el 64', con la entrada de Airam por Borja, el CCF pasó a disponer un 4-4-2 que no varió el panorama. El balón estaba siempre en la medular, no merodeaba las áreas. Porque si algo no quería ninguno de los técnicos era dar la más mínima opción al rival, por lo que las posesiones eran largas y el juego, siempre horizontal. Fue un entrenamiento sin porterías.

Defensa

Pocos partidos tan fáciles se cruzarán en el camino del CCF. Todo el trabajo se limitó a mantener en una posición adelantada, en campo enemigo, una presión irreconocible, sin la garra de otras citas. Atrás no hubo que apretar nunca. La única internada con cierto peligro del Celta llegó en el 26', pero Alberto García atajó plácidamente el envío de Quique de Lucas desde la derecha, con Iago Aspas y Mario Bermejo haciendo poco o nada por ir a buscar la pelota. Ese fue el pobre bagaje ofensivo de un equipo que en Balaídos tenía una media de más de dos goles por encuentro. Pero no necesitaba más.

Quizás por eso, porque Paco sabía que le iban a apretar poco, decidió dar minutos a gente que debe ser importante en el play off de ascenso. Fuentes volvió a ser titular tras tres partidos sin jugar y Tena se colocó como pareja de Ximo, retirado por unas molestias físicas a los 23'; Alberto Aguilar se situó en su puesto, siempre con el auxilio de López Garai, que para el tramo final contó con la colaboración de López Silva para acabar de blindar el 0-0 con el 4-4-2.

ataque

Dos no se pelean si uno no quiere. Y si los dos rehuyen el contacto, la cosa está más clara. La idea ofensiva del CCF en Balaídos pasaba por tener el mayor tiempo posible la pelota en su poder. Daba igual en qué zona, pero el Celta no iba a ceder a que fuera cerca de su área. Por eso el balón fue de lado a lado, siempre en horizontal, salvando las escasas piernas celtiñas que se ponían por medio. De ahí que Paco recuperara el 4-1-4-1, con Patiño como única referencia, López Silva auxiliando a Caballero en la elaboración y Dubarbier como interior zurdo. Todos menos el punta sobaron la pelota, normalmente en la zona ancha. Porque el partido se murió sin que Sergio tuviera que hacer ni una sola parada. A los blanquiverdes les valía con dejar pasar el crono y que el marcador no se moviera. Y así fue.

virtudes

Partido perfecto. Era lo que valía.

talón de aquiles

Las molestias de Ximo Navarro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios