Cruz Conde, 12

El interés general

  • Municipal. Los sectores económicos critican la gestión en urbanismo, los presupuestos siguen ninguneando a Córdoba y el Sector Sur continúa entre los más pobres sin que nadie haga nada

Fachada de la Gerencia Municipal de Urbanismo

Fachada de la Gerencia Municipal de Urbanismo / Jordi Vidal

Por mucho que el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Pedro García, quiera quitar importancia y reducirlo a una cuestión de intereses políticos, la realidad es que no se había visto antes en la ciudad que cinco colegios profesionales se unan para criticar la gestión de un político al frente de un área tan determinante para el desarrollo de la ciudad como es el urbanismo. Los colegios de arquitectos, aparejadores, ingenieros industriales, peritos y abogados han denunciado la situación “insostenible” que atraviesa la Gerencia en cuanto a la concesión de licencias y cómo este hecho afecta a los profesionales que integran las asociaciones colegiales.

Se trata, sin duda, de un hecho no visto en la ciudad: la unión de los colegios profesionales para denunciar la gestión de una Gerencia contra la que ya han cargado más instituciones. Los hosteleros han pedido también que se les tenga en cuenta, la Confederación de Empresarios (CECO) alertó hace pocos meses de la “lentitud” de la Gerencia y Construcor hizo lo mismo hace apenas una semana cuando afirmó que Córdoba “es una ciudad que no está en el mapa de los inversores”.

La respuesta de García ha sido la de rebajar la importancia de estos colectivos, que responden al sentir generalizado de la ciudad y que demuestra que el primer teniente de alcalde se ha enfrentado prácticamente a todos los sectores de Córdoba.

Habrá cosas que se puedan achacar directamente a su gestión política, otras que tengan que ver con las restricciones laborales, y algunas derivadas de la maraña de burocracia que siempre rodea a la administración. Pero de lo que sí tiene toda la responsabilidad es del modo de afrontar estas críticas, que es muy cuestionable. García se despachó, tras conocerse las críticas, con que “no lo había leído”. Tampoco leyó la parte de los Presupuestos Generales del Estado para Córdoba. Y es que García no ha pasado realmente su mejor semana porque en este tiempo se ha decidido su futuro político.

Pero la llamada de auxilio de los colectivos ha sido una constante desde el inicio del mandato, lo que provocó en su momento que la alcaldesa, Isabel Ambrosio, tuviera que intervenir. Las acusaciones de los empresarios son claras: la Gerencia es un freno al desarrollo de la ciudad. Los cruces de acusaciones y las malas relaciones entre el poder y los empresarios o profesionales no es una novedad. Sonado fue el desencuentro entre el exalcalde José Antonio Nieto y el entonces presidente de CECO Luis Carreto. Sin embargo, esto fue más una cuestión personal, mientras que la situación de Pedro García implica un enfrentamiento con todos los sectores.

Mientras que se pone en duda el crecimiento de la ciudad, se siguen sucediendo los informes que dejan a Córdoba como una de las zonas más pobres de España, con el Distrito Sur como uno de los más desfavorecidos del conjunto de Andalucía y del país. Y, al mismo tiempo, nos encontramos con unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) que siguen sin mirar a Córdoba y a una clase política que vuelve a mostrar su peor cara y evidencia que la crítica va conforme al partido que gobierne. Si difícil fue el papelón del PP cuando intentaba justificar unas cuentas que dejaban a Córdoba como la última en inversión, lo del PSOE llamando “cínicos” a los que consideraban continuista el proyecto es también de nota.

Al final, la sensación que realmente queda es de si verdaderamente el interés general es el objetivo de los que gobiernan o están más pendientes de su futuro político o el papel que toque en cada momento. Quizá ese sea el motivo por el que Córdoba ha estado a la cola en inversión de por parte del Estado y de la Junta y por lo que la pobreza siga creciendo sin que conozcamos medidas efectivas para paliar esta situación. Quizá estas sean las claves por las que luego se vote como se vota. Pero quizá es más fácil echar la culpa al resto.

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