En el horizonte de los parcelistas hay cifras desorbitantes, algunas de ellas incluso muy superiores al valor que tienen viviendas similares pero enclavadas sobre suelo urbano -y, por tanto, legal-. Hablan con facilidad de cientos de miles de euros para las casas que cuentan con unos 70 metros cuadrados sin piscina ni calidades de lujo y hasta de 600.000 ó 700.000 euros -100 ó 120 millones de las viejas pesetas- para inmuebles de mayores proporciones y primera categoría. "Vamos a pedir mucho más de lo que parece ser que nos han ofrecido". Ésta es la premisa de la que parte José María García, uno de los vecinos de Fontanar de Quintos que ayer pasaron por el aeropuerto para recibir los resultados de las tasaciones realizadas por las empresas Euroval y Tinsa. Aunque gran parte de los parcelistas son muy celosos de la valoración de sus inmuebles, se hacen piña para contrarrestar esta "tomadura de pelo", como así calificó más de uno a la actuación prevista por AENA.

Pero más que el perjuicio económico lo que parece preocuparles a un grupo de vecinos de Guadalvalle es el daño moral que le supondrá el abandono de su vivienda. Sonia Cortés subraya precisamente este aspecto en un corrillo de parcelistas: "El daño económico se puede reparar con dinero, pero no así el psicológico que causa la pérdida de una vivienda". En este sentido, Carmen Martín, otra de las residentes de la parcelación de Guadalvalle, comparte la postura de Cortés y añade que "lo ideal en este tipo de situaciones es que nos dieran una casa de similares características en otra zona en la que no tengamos los problemas que estamos teniendo con la ampliación del aeropuerto".

Al hilo de la reestructuración de estas instalaciones en el mismo enclave, Francisco Castro, de la urbanización Fontanar de Quintos, agrega que "lo que tendrían que haber hecho es busca un sitio en el que no hubiera parcelas ni nadie a quien se le fastidie la vida". A este respecto, Castro resalta que "lo que no nos gusta a muchos es que se diga que es por el bien de los cordobeses y que, por ejemplo, yo sea cordobés desde hace 48 años y no me beneficie de ese bien que dicen que van a hacer".

Pero, entre tanta discusión y reivindicación, hay también quien afirma que no ha salido "mal del todo". Algunos afirman que esperaban "menos del valor que nos han fijado para nuestra casa, porque si dijera lo contrario estaría engañando". Sin embargo, son pocos los que reconocen que las tasaciones han estado por encima de las pretensiones de los propietarios, aunque sí hay mucho conformismo. "Si de todas formas me la van a quitar, al menos no me viene mal que me den algunos miles de euros para que reinvierta en otra vivienda", añade otro de los afectados.

El capítulo de primera residencia es otro de los más comentados entre aquellos a quienes les afecta más directamente. "No hay derecho a que nos consideren igual que a las personas que tienen su vivienda en la zona de aeropuerto como un espacio de ocio. Yo no tengo otro sitio al que irme a vivir", concluye un afectado.