Tribuna

Javier González de Lara

No es el Hidrógeno Verde, es Andalucía

No es el Hidrógeno Verde, es Andalucía

No es el Hidrógeno Verde, es Andalucía / rosell

Casi se dan la mano en el calendario dos hitos con el Hidrógeno Verde como protagonista: Andalucía ha participado muy recientemente en la Cumbre del Clima 2023 en Dubái y pronto, a comienzos de febrero, Huelva será el escenario del I Congreso Nacional de H2.

La crónica de la COP28 nos dejó los titulares de las decisivas inversiones de Cepsa y C2X (Maersk) en Algeciras (Cádiz) y Huelva, encaminadas a una autonomía energética y a un liderazgo industrial de Andalucía inéditos. Y estas serán algunas de las claves que vertebren el Congreso Nacional de H2, con la Presidencia de Honor de S.M Felipe VI, y de cuyo Comité Técnico la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) tiene el orgullo de ser parte.

Como señalábamos días atrás en la Jornada sobre Tecnologías Sostenibles organizada por Coxabengoa, el contexto europeo nos favorece. Como telón de fondo para el reposicionamiento internacional de nuestra Comunidad, el consenso generalizado y el compromiso de la Unión Europea con la transición energética, en busca de una economía descarbonizada, neutra.

Ese compromiso pasa por el desarrollo de las tres dimensiones de la Sostenibilidad; las tres, complementarias e imprescindibles en igual medida: la económica, la social y la medioambiental.

Una vez más, la empresa andaluza será el motor del cambio y la palanca de la transformación social. En este caso, el vehículo para este “cambio de era” que entraña el hidrógeno verde. Un nuevo peldaño en nuestro progreso como región, que pasa por ser tan sostenibles como competitivos y productivos.

Hoy sentimos el decidido impulso de Europa a la Industria; su convicción por reducir su dependencia energética, –qué duda cabe que empujada por la invasión de Ucrania y sus efectos–, y por ganar en autonomía. Así, con esta atención creciente al sector de las energías renovables como garantía de eficiencia y de seguridad en el suministro, Andalucía se está asomando a una oportunidad sin precedentes.

Nuestra tierra –que no es cualquiera por su ubicación, dimensión y potencial– tiene grandes bazas en la transición energética. Sol, aire y fortaleza de nuestros puertos, para empezar. La descarbonización ha comenzado ya, desde el momento en el que están comprometidos miles de millones de euros de inversión, con el Valle Andaluz de Hidrógeno Verde como escenario principal.

El gran reto ahora es que esta regeneración energética se proyecte hacia otros sectores, también estratégicos. La Industria, la Construcción, la Movilidad y la Logística han de ser eslabones de una nueva cadena de valor andaluza, procurando que el H2 genere la mayor huella industrial posible en la región. Esto implica, obviamente, aunar el talento de los grandes proyectos tractores con el de las pymes; esa industria auxiliar que será imprescindible en el proceso.

Ahora bien, para los empresarios andaluces, que abrazamos con entusiasmo este desafío, la burocracia sigue representando un verdadero quebradero de cabeza. Seré más explícito: la descarbonización de la economía andaluza y la apuesta por las renovables pasa por la ejecución de unos proyectos de inversión empresarial que ya existen, que ya están masticados y planificados desde lo privado, y que se topan en demasiadas ocasiones con trabas administrativas y reticencias, sobre todo en el ámbito local.

Otro hándicap para nosotros es que, para su óptimo desarrollo y viabilidad, estos proyectos deben tener garantizada su integración en las redes de transporte de energía. Y aquí tropezamos con las inversiones del Estado, que en Andalucía arrastran retrasos inasumibles. Esa deuda compromete seriamente nuestras oportunidades de futuro como región. Por eso, no nos cansaremos de insistir en la obviedad de que es esencial una ejecución rigurosa de las inversiones públicas planificadas.

Un antídoto a todo ello es el Diálogo Social y la colaboración público-privada. Perseverar en ella, así como en la articulación de herramientas como la Unidad Aceleradora de Proyectos –ya canaliza varios proyectos ligados al H2 con una inversión de 1.800 millones y la generación de más de 6.000 empleos– será clave en los próximos tiempos. De hecho, la Alianza Andaluza por el Hidrógeno Verde, de la que CEA es parte junto a más de 150 empresas e instituciones, emana del Pacto Social y Económico por el Impulso de Andalucía suscrito en marzo por nuestra Confederación con la Junta y los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT.

Con esta Alianza, Andalucía está saltando a una nueva liga de competición internacional. Y juntos estamos propiciando un clima institucional favorable, un “ecosistema andaluz del hidrógeno” que sea imán para la inversión. Por eso, más allá del propio H2, es el futuro mismo de Andalucía el que estamos urdiendo con esta nueva red de cooperación.

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