La mejor factoría de ficción

Las almas bellas votaron a quien iba a salvarnos de la ultraderecha y estaban votando a un ultraderechista zumbado

Es una lástima que la vida política española no sea considerada todavía una ficción –aunque poco le falta–, porque en este caso estaría en condiciones inmejorables para ganar todos los Oscar de Hollywood y todos los premios de cine de medio mundo (sobre todo en las modalidades de cine fantástico y de terror o de comedia extravagante). Y evidentemente, la Factoría de Ficción de la Moncloa, con Pedro Sánchez a la cabeza, debería ser galardonada con todos los premios al mejor actor y mejor guion y mejor productor y mejor creador de efectos especiales y mejor maquillaje y mejor vestuario. Digámoslo ya: este hombre es un genio cien veces mayor que Orson Welles y John Ford juntos. Millones de almas bellas le han votado creyendo que iba a salvar a la humanidad de la ultraderecha y de la xenofobia y del ultraliberalismo, y ahora resulta que en realidad estaban votando a un grillado huido de la justicia –de nombre Puigdemont– que es uno de los mayores ultraderechistas y xenófobos y ultraliberales que hay en Europa. Un Premio Nobel se merece como mínimo nuestro invicto caudillo Sánchez.

El espectáculo es fascinante. Una de mis mayores distracciones es leer los argumentos con que los defensores de Sánchez intentan justificar su inverosímil política de alianzas disparatadas. Las contorsiones que tienen que hacer estos ideólogos “progresistas” son tan difíciles como el Dragon Flat que se practica en los gimnasios de Fitness. Y por eso me alegra saber que los enormes esfuerzos –musculares e intelectuales– que están haciendo se verán recompensados no sólo con la satisfacción de su deber moral cumplido, sino sabiendo que su militancia ideológica ha servido para que el gobierno más progresista de la historia esté asumiendo los argumentos contra la inmigración ilegal que manejan Alternativa para Alemania o Vox en España. Es portentoso, muchachos. Y también es una maravilla saber que la feminista enragée que votó a Pedro Sánchez porque está convencida de que si gobierna Vox tendrá que salir a la calle con la túnica roja de El cuento de la criada, esté viendo ahora que su voto ha servido para que tome las decisiones importantes uno de los partidos más ferozmente reaccionarios que hay en Europa. No me digan que no es hermoso. Ni cien Oscar de Hollywood serían suficientes para premiar tanto talento.

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