Yolanda y la censura

Los comunistas tienen especial manía persecutoria por la libertad de expresión

Yolanda Díaz ha prometido que cuando sea nuestra presidenta “sancionará y expulsará de la carrera” a periodistas que “manipulen y desinformen”. Esta medida está escrita y recogida en el punto 29 del documento de Sumar de 185 páginas. En esto sí está de acuerdo con Pablo Iglesias, quien le colocó a dedo sin previo proceso de selección democrática entre sus bases. Los comunistas tienen especial manía persecutoria por la libertad de expresión y gran desconocimiento de lo que significa la poderosa profesión que vela por la democracia en el mundo. Son los gobiernos represivos los que se ceban con especial ahínco en censurar, vigilar y castigar a los medios independientes. Esta inquietante propuesta de Yolanda Díaz nos equipararía a países con los mayores niveles de censura que hay en el mundo como Eritrea, Corea del Norte, Turkmenistan, Arabia Saudita, China, Vietnam, Irán, Guinea Ecuatorial, Belarús, Cuba, México, Rusia, Afganistán, Ucrania y El Salvador, según la relación elaborada por el Comité de Protección de Periodistas. Los periodistas ya tenemos nuestro propio Código Deontológico por el cual nos debemos al respeto a la verdad, a investigar y difundir información con libertad de comentario y para la crítica. Durante la pandemia el gobierno sanchista quiso limitar la libertad de prensa. Pablo Iglesias quería nacionalizar los medios privados, se controlaban las ruedas de prensa, el presidente no responde a preguntas directas, Moncloa eliminó el portal de Transparencia y el CIS preguntó si había que prohibir la difusión de bulos e informaciones engañosas. Que a Sánchez no le gusta la crítica periodística queda patente en su paseo por los medios que vetó porque él considera enemigos. Donde un periodista le hace una pregunta clara y directa él le acusa de estar opinando. También entre compañeros profesionales crecen disparos directos. Àngels Barceló, desde la SER, acusó a Carlos Alsina de Onda Cero de atacar a Sánchez con “soflamas y mentiras”. Las arremetidas han sido constantes hacia Espejo Público, The Objective, ABC, Cope, El Mundo, Ana Rosa, Pablo Motos… son, como les califican, “territorio comanche”. Los comunistas pretenden aleccionar a los periodistas críticos con sus gestiones políticas. Nos acostamos con la intentona de Yolanda Díaz, y hemos amanecido con una excusa de que “era un borrador”. Que no les guste la libertad de expresión denota un peligroso futuro para todos: tener que informar desde el exilio.

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