Rafalete, la gloria de san agustín

Lotería

AHORA, como se podrían imaginar, es cuando más Lotería vende mi amigo Cayetano, que no para desde que sale a la calle por la mañana temprano. Yo lo he visto, y es una cosa mala, que hasta el domingo tiene que salir a vender, que siempre hay un despistado que no quiere quedarse sin su décimo correspondiente.

Y lo curioso, es que cuando hay crisis se vende muchísima más Lotería, pero muchísima más, que no hay comparación, que la gente quiere ver el dinero rápidamente y entienden que ésta es la mejor manera. O sea, hay menos dinero, pero la gente se gasta más dinero en el juego, en fin, que me lo explique alguien. Yo, como nunca juego, sobre todo porque no tengo ni un chavo, pues eso, que sigo como siempre. Hombre, algo sí llevo, porque mi amigo Cayetano me regala todos los años un décimo, y siempre el mismo número, que yo no sé ni cuál es, porque eso lo controla él, que está más al tanto. Con él no hay problema, que si toca algo seguro que me lo dice al instante y tan contentos, que menuda la fiesta que nos podemos montar, que ni ganas ni ideas nos faltan. Mi amigo nunca ha dado el Gordo, se ha quedado cerca, pero ya está, y a mí me encantaría que lo diera, y no sólo por él, que también, porque le tocaría a todo mi barrio, los de san Agustín nos hacíamos ricos de la mañana a la noche, porque todos mis vecinos le compran a Cayetano. Todavía me acuerdo de cuando tocó el premio en el Deza, que aunque eran unos milloncitos, dos y pico, hay que ver lo bien que vino eso, que le arregló la vida a un montón de gente de la Viñuela y de Cañero.

La verdad es que eso de que la gente se gaste más dinero ahora en la Lotería y en los otros juegos me da un poco de miedo, porque si no tienen suerte, que es difícil que la tengan, se quedan todavía más tiesos. Mi padre, que en paz descanse, siempre repetía un dicho que está lleno de verdad, ese que dice aquello de que quién juega por necesidad, pierde por obligación, aunque no sé ahora si era al revés. Esto de la suerte viene cuando le da la gana y no cuando nosotros queremos, y me parece que el tentarla tampoco sirve de mucho, que por eso no nos va a llegar antes, y no sé si me estoy explicando. Lo que quiero decir es que no nos podemos emplear mucho en que la Lotería o la Primitiva nos solucionen la vida, que eso pasará si ha de pasar, y ya está, y el que lo quiera ver de otro modo o se está engañando o está ciego. Y el dinero que se juega y se pierde, ya no vuelve, así de claro. En fin, que tampoco yo soy el mejor para dar consejos, pero que si alguien me atiende, pues eso, que algo se ahorrará.

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