Dieta y cáncer

Hasta ahora la nutrición no se había usado para aumentar la eficacia terapéutica

Ofrecer planes terapéuticos nutricionales y personalizados para personas con cáncer es el objetivo que se están fijando los expertos para mejorar la alimentación de los pacientes oncológicos.

La pérdida de peso, así como la desnutrición son frecuentes en estos pacientes. Los tratamientos de quimioterapia y radioterapia, al eliminar las células cancerosas, pueden afectar a las células sanas, y aparecer efectos secundarios como mucositis, xerostomía, disgeusia, disfagia, diarrea, estreñimiento, náuseas y vómitos.

La dietista- nutricionista, Rocío Práxedes, de la Unidad de Obesidad Quirónsalud Valencia, afirma que “la dieta mediterránea es un referente, y solo cuando los alimentos no sean suficientes para satisfacer al completo la energía y los nutrientes que necesita el paciente oncológico, se recurrirá a productos de nutrición enteral o parenteral o módulos nutricionales”. En este sentido, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital 12 de Octubre acaban de lanzar TNC Terapia, una empresa derivada que ofrece planes terapéuticos nutricionales y personalizados para personas con cáncer. Además, maximiza la eficacia de los tratamientos oncológicos que están recibiendo, y a la vez evita todo lo posible los efectos secundarios.

Miguel Quintela, socio fundador y director científico de TNC Terapia, y director del Programa de Investigación Clínica del CNIO explica que “ya existe un conocimiento muy amplio sobre la relación entre la nutrición, el cáncer y numerosos factores que varían en cada paciente: el tipo de mutaciones de los tumores, de aberraciones metabólicas, las intervenciones que han demostrado eficacia preclínica o clínica y las alteraciones del microbioma”.

El uso de la dieta como herramienta terapéutica es novedoso. La nutrición oncológica se ha considerado siempre una vía para mejorar la calidad de vida de los pacientes, con la que intentar solucionar la falta de apetito, las náuseas, la dificultad en la deglución, la alteración en la percepción de los sabores, el estado de caquexia o el déficit de proteínas, entre otros síntomas. Pero hasta ahora la dieta no se había usado para aumentar la eficacia del tratamiento.

Para Luis Manso, socio fundador, director médico de TNC Terapia y oncólogo del Hospital 12 de Octubre, “el metabolismo de las células cancerígenas y su relación con la nutrición es, desde hace unos años, una de las vías de investigación más prometedoras en el campo de la oncología”. Las indicaciones nutricionales y dietéticas deben ser individualizadas, dependiendo de los síntomas, y empezando siempre por una evaluación del estado nutricional del paciente. Esto incluye valorar su ingesta de alimentos, actividad física, la posible interacción fármaco-alimentos, posible presencia de signos de desnutrición, y conocer si ha habido modificaciones recientes del peso corporal.

Mejorar el estado nutricional del paciente para afrontar la enfermedad y paliar los efectos secundarios indeseados del tratamiento médico y de la propia enfermedad, son las metas que aspiran conseguir. Es lo que hay. Seguro.

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