Córdoba cf

Ya sólo hay cuatro detrás

  • El Córdoba se asoma decididamente al abismo y sólo dos puntos le separan del cuarto por la cola, primero que bajaría · Los jugadores no se explican cómo el Eibar pudo llevarse la victoria el sábado

Es que no podía ser de otra forma. En una jornada en la que no hubo nada más que una derrota en casa. Ante un equipo que llevaba seis meses sin sumar tres puntos a domicilio (y que era uno de los peores fuera de su campo). Por culpa de un gol de un zurdo que le pegó con la diestra como no lo había hecho en su vida.

Así, con todos esos condicionantes, perdió el Córdoba el sábado ante el Eibar. Con esa aureola de equipo maldito y de feudo condenado. En medio de un chubasco de pañuelos. Fagocitado por su propia impotencia.

Ayer, las caras no eran más festivas. Ni alegres. Ni nada. Los jugadores son conscientes de la coyuntura y saben que el horno no está para bollos. Según el carácter de cada cual así contestaban o se planteaban la situación.

Pierini, con carácter, sacaba a relucir una peculiar interpretación de lo vivido ante el Eibar. Una visión positiva que, en todo caso, languidece ante un resultado tan adverso. Porque los italianos, bien lo sabe él, juegan al catenaccio pero son capaces de ganar. O, por lo menos, de no perder. O, en el peor de los casos, de llegar con más opciones de sumar que las del Córdoba el sábado.

Del mal, el menos. Los resultados de la tarde de ayer no fueron tan nefastos como en la anterior jornada. De hecho, la ventaja del Córdoba con sus inmediatos perseguidores apenas se ha recortado en un punto. Eso sí, ha sido superado en la clasificación ya también por Alavés , que fue capaz de remontar un marcador adverso ante el Poli Ejido.

Precisamente los almerienses, con su último tropiezo, son quienes peor lo tienen. Y son los próximos rivales de los blanquiverdes. Una circunstancia que invita a una doble lectura. Por un lado, una hipotética victoria de los de José ante el Poli dejaría la distancia entre unos y otros en diez puntos. Una barbaridad para quedar únicamente ocho jornadas por delante. La otra lectura es un poco más agobiante. Es la que se refiere al ansia de ganar que se apoderará de un conjunto (el celeste) que sólo ha perdido un encuentro en su feudo en lo que va de segunda vuelta (ante la mejor Real).

Miedo. Es lo que suele suceder cuando no se ha podido elevar la situación con fútbol. O con goles. O de lo que sea. Lo que tiene meterse en un berenjenal al que, hasta hace poco, el Córdoba no era acreedor. Ahora el infierno está al ladito. A pesar de que digan que conocen el camino de salida. ¿Quién tiene un extintor a mano?

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