Todos lo ven muy cerquita, pero no alzan la voz. Por si se escapa. Los jugadores del Córdoba, cuyos rostros evidenciaban ayer la inyección de moral que ha supuesto el triunfo ante el Racing de Ferrol, ya piensan en la Real Sociedad. Es inevitable. Después no habrá más. Saben que los rivales darán el do de pecho en pos del ascenso, pero ellos también se jugarán mucho: ni más ni menos que la permanencia. En el vestuario hay optimismo porque el empate prácticamente garantiza la permanencia, aunque salir a no perder suele implicar la derrota. Por ello, y teniendo en cuenta que la Real no está para tirar cohetes, el encuentro se presenta incierto. Incertidumbre a tope, con un matiz positivo a más no poder: la gran ventaja es que el Córdoba saldría indemne en todos los empates, gracias a su goal average favorable.

Julio Pineda se ha ganado fama de pitoniso, pues anunció que el Córdoba se salvaría tras ganar cinco de los siete últimos partidos -lleva cuatro de seis-, o al menos ganar cuatro y empatar uno. Esa igualada sería en Anoeta. Por ello, al camero hay que escucharle cuando habla. El delantero manifestó que "ahora mismo le tiemblan las piernas a todo el mundo. Hay muchísima presión". "Nosotros nos estamos jugando la vida porque es muy importante mantener la categoría, igual que para el Sporting, la Real o el Málaga es muy importante ascender", precisó.

"Llevamos las últimas semanas haciendo cuentas", insistió Pineda. Con la victoria del domingo "hemos dado un paso muy importante. La salvación pasaba por ganar y lo hemos conseguido. Falta que se den muchos resultados. Si perdemos, tienen que perder por lo menos dos equipos más. Y si empatamos...". En cualquier caso, "lo ideal sería ganar y así nos quitamos de todo tiempo de complicaciones, incluso empatar. Muy mal se nos tendría que dar para que empatemos y ganen los cinco que están debajo de nosotros. Pero esto es fútbol y cualquier cosa puede pasar".

El punta no descarta una campanada a costa de la Real, pues "estamos viendo que se le puede ganar. Está pinchando últimamente". Sin ir más lejos, expuso que "el equipo no hizo un mal trabajo en Gijón. Jugamos con la ansiedad del Sporting, y el domingo puede pasar lo mismo. Tenemos una presión añadida porque jugamos fuera de casa y seguramente Anoeta estará a reventar. La única ventaja es que el Málaga y el Sporting juegan en su campo, y si van las cosas bien para ellos, a lo mejor la Real baja los brazos. Pero no podemos jugar con esas cosas".

Alessandro Pierini también se muestra cauto, como corresponde a un buen capitán. El italiano cree que la salvación "ahí está, pero todavía no está. Todavía nos queda un partido complicado, pero las cosas se ven con un poco más de luz con respecto a hace un mes y medio. Queda un partido y tenemos que sacarlo". "Todo se decide en el último partido, y nosotros tenemos el partido más complicado, contra un muy buen equipo que se está jugando el ascenso", añadió el central, partidario de "pensar en nuestro partido, no pensar en los demás".

El empate es prácticamente sinónimo de éxito, pues "que ganen los otros cuatro va a ser complicado, pero en el fútbol puede pasar de todo. Tenemos que ir sabiendo que nos jugamos la permanencia, y no especular con el resultado". Sobre todo, sabiendo que el rival "anímicamente estará tocado, pero irán a muerte. Y nosotros también". En su opinión, "la Real Sociedad es distinta al Sporting. El Sporting juega un fútbol más directo y la Real toca más. El planteamiento contra el Sporting fue bueno, pero por circunstancias perdimos. Entrenaremos en base a cómo juega la Real".

Por su parte, Mario comentó que "fue bonito ganar, porque ves la clasificación y te ves en una posición buena, pero no puedes disfrutar mucho porque el domingo te juegas la permanencia, y además en Anoeta". A su juicio, "incluso perdiendo tienes la posibilidad de quedarte en Segunda, pero no podemos pensar en eso".

De hecho, "el equipo está bien anímicamente y creo que se puede ganar allí". El lateral estima que "le podemos ganar a cualquiera" y es ajeno al miedo escénico. "Me espero un ambiente como el de Gijón. Ellos pueden ascender. No dependen de sí mismos, pero ganando su partido, nunca se sabe. Pero a mí me encanta jugar en esos campos. Es perfecto para ganar", apostilló.