Córdoba CF

El espíritu de Santander

  • Ventaja El CCF defiende el 1-0 de la ida en el Villamarín, donde se impone el reto de marcar para acercar el billete para octavos El estilo Arias y Charles son fijos en un once que volverá al 4-3-3, con varias novedades

La Copa tiene una deuda pendiente con el CCF desde hace casi un año. Aquella infantil mano de Sesma en Riazor y el posterior penalti transformado por el hoy atlético Adrián puso fin a una de las escasas alegrías que el cordobesismo se ha llevado a la boca en los últimos cursos. Eran otros tiempos. Ahora, la magnífica trayectoria en Liga dibuja un panorama diferente. Pero la Copa es la Copa. Un torneo atractivo del que nadie quiere descabalgarse en mitad del camino. Menos aún cuando la oportunidad de medirte a uno de los grandes de España está a escasos 90 minutos. Lo sabe Paco; lo saben sus hombres. Todos están dispuestos a hacer un último esfuerzo para mantener el 1-0 de la ida, ventaja importante, aunque no definitiva ante un Betis de Primera que saldrá con todo.

El CCF es consciente de que salir a defender su exigua renta desde el pitido inicial sería un suicidio. Pero eso es algo que no va con este equipo. Independientemente de que el rival sea teóricamente superior. El conjunto blanquiverde saldrá con el mismo estilo agresivo y descarado que ha paseado durante toda la temporada hasta convertirse en la envidia de muchos. Eso sí, lo normal es que Paco vuelva al 4-3-3 que tan buen rendimiento dio frente al Alcoyano y el Nàstic en Liga. Pero el dibujo es lo de menos. Con un sistema o con otro, la idea es salir a marcar. Un gol otorga medio billete para los octavos de final. Y si es el primero del partido, mucho más. Porque en Heliópolis no las tienen todas consigo a pesar de las dos últimos triunfos ligueros. Quieren mucho más. Sobre todo porque perder en casa ante un Segunda sería otro palo dificil de digerir por una parroquia exigente como la que más.

Además, los números defensivos de este Córdoba invitan al optimismo. Los blanquiverdes han llegado al parón como la mejor defensa de la Liga Adelante (13 goles), tras dejar su puerta a cero en más de la mitad de los partidos oficiales que ha disputado (11 de 21). Ya sea con Alberto García, que hoy descansará, como con Carlos Arias, la portería está muy bien cubierta. Entre ambos han logrado que en los últimos 291 minutos -desde el 3-0 provisional del Guadalajara- el cero haya acompañado siempre el marcador del enemigo.

El boliviano es, junto a Charles, el único que parece tener un sitio asegurado en el once. Los demás son una incógnita. Paco no dará la convocatoria hasta ahora antes del inicio del duelo. Se lleva a todos al Villamarín, incluidos el lesionado Cristian García -Astrain tenía vuelo para esta misma noche- y el grupo de canteranos que viene ejercitándose con los mayores. De todas formas, lo normal es que no fuerce a Fuentes, que ya trabaja con normalidad tras retirarse con molestias musculares ante el Recreativo, y que pueble el centro del campo con el objetivo de tener más posesión. Carlos Caballero es el hombre elegido para reforzar la parcela ancha, mientras que Borja García, López Silva y Quero pelean por las dos bandas, con ventaja para los primeros, más en forma.

Por su parte, Mel saldrá con todo. No se guardará nada. Eso sí, mantendrá el castigo a los que tan mala imagen dieron en El Arcángel. Antes de sacar a profesionales que no dan la talla, el madrileño tira de la cantera. Ayer entrenó a puerta cerrada en el Villamarín y dibujó una posible novedad: jugar con un 4-4-2 que hasta ahora sólo ha utilizado en el último partido en casa, ante el Valencia (2-1), dejando de lado su tradicional 4-3-3. Eso sí, manteniendo su columna vertebral: Amaya, Dorado; Iriney, Beñat; Rubén Castro y Santa Cruz. El canterano Pozuelo y su compañero en el filial Álex Martínez también tienen pinta de titulares. Todo sea por buscar la remontada.

Pero el CCF no se lo pondrá fácil. Tiene experiencia y sabe sufrir. Este mismo año ya eliminó al Murcia con un tanto en el minuto 89 y al Huesca, en la prórroga. Y del curso pasado guardó en su memoria una de esas noches épicas que te incitan para dejar todo en el campo en el Villamarín. Fue en Santander, donde defendió un 2-0 de la ida con el alma. Le costó hasta el minuto 120. Pero un gol de Jorge Luque, de penalti, dio el billete. Ese es el espíritu que hay que tener hoy en Sevilla. Un gol puede valer, sea cuando sea.

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