En el día de la exaltación de la cantera, del cordobesismo y del amor por los colores de la tierra, un dato choca. En el Granada 74, el rival de mañana, puede haber (de hecho, habrá con casi toda probabilidad) dos jugadores de Córdoba en el once inicial. El banda derecha Juanlu Hens -de Fuente Palmera- y el centrocampista Alberto Aguilar -de Benamejí- pueden contar con la confianza de Antonio Tapia, quien, por cierto, es natural de Baena.

El caso de uno y otro jugador es muy distinto. Si Juanlu llegó a ser santo y seña durante un tiempo (breve, eso sí) de la cantera blanquiverde en la temporada 02-03, Alberto Aguilar se ha hecho un nombre en el mundo del fútbol siempre lejos de su Benamejí natal. O no tanto, porque su formación se completó en la cantera del Málaga. Allí, vestido de blanquiazul, conoció al que es hoy su entrenador provisionalmente. Precisamente, es la dirección técnica de Tapia el principal de los motivos que le llevó, en el mercado invernal, a dejar Getafe. Ése y, por supuesto, la cercanía con su hogar. De hecho, Alberto confesó recientemente que acude a ver a su familia todas las semanas desde Granada.

Dos motivos (tres con Tapia) para ver el partido ante el 74 con otra perspectiva. Tres temas muy válidos para una reflexión profunda y, de paso, para dar peso y validez al acto de ayer en la Ciudad Deportiva y al número 21 de la camiseta de Javi Flores.