El Almería descendió a Segunda en la campaña 14-15 y, aunque sus proyectos desde entonces han sido para intentar retornar a la máxima categoría, su realidad es sufrir para mantenerse en la de plata. En la 15-16 lo logró por un punto y en la pasada, por tres, estando ahora, tras la llegada de Fran Fernández al banquillo, con cuatro de margen sobre el peligro. Todo, después de una reacción en la que ha sumado dos victorias y un empate, quebrando una racha de ocho jornadas sin conocer el triunfo, lo que obligó a dimitir a Lucas Alcaraz.

sin balón

La llegada de Fran Fernández ha hecho recuperar al Almería sus constantes vitales. En estas tres jornadas ha ofrecido sobre todo trabajo, defensa, solidaridad y rápidas transiciones. El cuadro rojiblanco deja que el rival maneje el duelo, lo espera en su propio campo, donde se muestra muy solvente como muestra el hecho de no haber encajado gol aún, y lo mata al contragolpe. En una palabra: intensidad y competitividad para lograr el objetivo de la salvación.

El técnico del Zapillo ha apostado por la continuidad, sin grandes cambios. Dibuja un 4-2-3-1 con René en portería. Por delante, Motta y Pervis vienen ocupando los laterales, con Navas y un Nano que ha pasado a actuar más adelantado como alternativas. En el centro, Trujillo y Joaquín, con Morcillo en un segundo plano, son los jefes.

con balón

En la medular, un doble pivote en el que Rubén Alcaraz podría continuar acompañado de Sulayman, con opciones para Verza si se recupera de sus molestias. Alcaraz es el verdadero motor del equipo, se faja en el centro del campo, se multiplica para darle equilibrio y roba numerosos balones. Pero además muestra una enorme pegada y una gran efectividad a balón parado, lo que lo convierte en el máximo goleador rojiblanco. Por su parte, Sulayman, que siempre intenta sacar el balón jugado, con algunos errores de bulto, se muestra igualmente como un jugador con carácter y capacidad de trabajo, como Verza.

Por delante, una línea de tres mediapuntas en la que podría repetir por los costados con Fidel, a pierna cambiada, y Nano, dos jugadores rápidos con el balón en los pies, habilidosos, con buen centro y que se muestran muy solidarios en tareas defensivas. La duda está en el centro, donde Pozo, al que no se le puede discutir su talento para aparecer por detrás del punta, podría dejar su sitio a Hicham, un punto más trabajador para los partidos a domicilio. Arriba, Juan Muñoz parece fijo tras su último y decisivo doblete al Granada, con Caballero o Soleri en la recámara.

lo mejor

El cambio con el nuevo técnico.

lo peor

Ansiedad por sellar la salvación.