Desde que se iniciaron en abril, las obras de El Realejo han supuesto más de un quebradero de cabeza para los vecinos, los comerciantes y el Ayuntamiento, a pesar de que sus escasos 100 metros de longitud. Ayer se sumó un nuevo capítulo en el rosario de avatares que acumula esta actuación. La plantilla que actualmente trabaja en los alrededores de la Iglesia de San Andrés -zona que quedó paralizada por la Delegación de Cultura de la Junta durante dos semanas para estudiar si las obras habían afectado a esta iglesia declarada Bien de Interés Cultura- paró de nuevo los trabajos porque la empresa Hermanos Varo Martín, adjudicataria de la obra, no paga la nómina de 11 operarios desde septiembre, según apuntaron los afectados.

El trabajador que hizo de portavoz del conjunto de los empleados, Andrés Orgaz Molina, aseguró que "la reforma permanecerá parada hasta que la empresa nos garantice que vamos a cobrar", ya que ayer recibieron la carta de preaviso de despido, que se hará efectiva el 29 de octubre, y "no tenemos garantías de que vayamos a cobrar ni el sueldo atrasado de estos dos meses ni la indemnización correspondiente".

De este modo, la calle Realejo, que estaba previsto que se abriera al tráfico rodado este viernes, según los trabajadores, "no podrá terminarse si no se busca una solución pronto". Por su parte, el secretario de acción sindical de construcción de UGT, Jaime Sarmiento, señaló que "hay que presionar, porque son padres de familia y alguien tiene que garantizarles el cobro de su trabajo".

Por este motivo, y ante "la incertidumbre", los trabajadores "van a presionar a la empresa y al Ayuntamiento, como responsable subsidario solidario, para que medie". Asimismo, el técnico en construcción de UGT, Juan Banderas, manifestó que la empresa les aseguró que "no puede pagar porque los bancos no le adelantan el dinero", de ahí que reclame al Ayuntamiento "algún documento en el que se garantice el cobro para finalizar la obra".

Banderas afirmó que el sueldo de los trabajadores es "un pellizco de esta obra", de ahí que "la solución sea sencilla; sólo debe haber interés por las partes".