Sin duda, la ubicación geográfica de Bujalance ha hecho de la localidad una zona de vigía y control muy codiciada durante siglos. Eso fue determinante para la construcción de edificios de carácter defensivo, como el Castillo Alcazaba, que fue erigido en el siglo X -bajo el mandato de Abderramán III, primer califa andalusí, y parte del cual ha llegado hasta nuestros días. 

El primitivo nombre del castillo fue Bury al-Hansh, que significa 'Torre de la Serpiente'. 

Su amplio y diverso patrimonio histórico, artístico y cultural dio lugar a la declaración del casco antiguo de Bujalance en 1983 como Conjunto Histórico-Artístico, por el Ministerio de Cultura.

El Castillo Alcazaba encarna como pocas construcciones las características de la arquitectura militar musulmana que imperó en Al-Ándalus. 

Los siglos y las luchas se sucedieron, al igual que sus transformaciones, que condujeron al fortín a su aspecto actual. Una de las más destacadas fue la ordenada en 1512 por Juana I de Castilla, conocida popularmente como 'La Loca'. A día de hoy impresiona su ingente planta rectangular, con una superficie de unos 3.000 metros cuadrados.

A lo largo de la historia llegó a tener siete torres, que custodiaban el recinto y que aparecen en el escudo de la localidad, aunque hoy en día sólo quedan en pie dos: la de la Mazmorra y la de las Palomas.

En el año 1963 el Castillo de Bujalance fue distinguido como Monumento Histórico-Artístico y su patio de armas es la zona donde en época veraniega se celebran algunas de las principales actividades al aire libre y  culturales de la localidad.