El pasado 25 de agosto un toro de Adolfo Martín hirió muy grave a Manuel Escribano en la plaza de Alicante. Estuvo a punto de perder la vida por el arrancamiento de la femoral y safena de la pierna derecha. Cuando tan sólo han pasado tres semanas, ha vuelto a palpar y sentir las telas con las que se enfrenta a los toros, ha retornado a torear de salón, con dificultades, y hasta ya sueña con hacer el paseíllo el próximo 30 de julio en la Feria de Santander, precisamente para enfrentarse a un lote de toros de la ganadería a la que pertenecía el que estuvo a punto de segarle la vida, un lote de los temibles adolfos.
-Manuel, ¿Cuál es su situación actual?
-He dado un paso grandísimo. Llevo muletas para no cojear, pero puedo apoyar la pierna y caminar, aunque tengo que descansar de inmediato.
-¿Ha recuperado movilidad en la pierna derecha?
-Sí, en la pierna sí; aunque el pie todavía no lo muevo por mi mismo, no tengo fuerza para ello. Lo consigo a base de estimulación.
-¿Qué valoración hacen los médicos?
-Se han sorprendido. Este fin de semana he cogido los chismes cuando estaba en el gimnasio. El fisio me dijo que lo intentara y eché la pierna p'alante. Di dos tandas de muletazos y tuve que tirarme al suelo porque no tenía fuerza ni equilibrio. Puse la pierna en alto, descansé unos minutos y di unos cuantos lances con el capote y sucedió lo mismo. Tenía ganas. Llevaba muchos días sin tocar los chismes y se pierde la sensibilidad a la hora de torear.
-En cuanto a la herida, ¿cómo se encuentra?
-El doctor Domingo Jiménez me ha dicho que todo va bien. Me han quitado todos los puntos. Tengo abierto el agujero que me hicieron para que respirase el músculo herido. Y me han hecho un doppler y aunque el riego venoso continúa débil, no hay trombos ni otros riesgos graves; algo que es importantísimo.
-¿Puede caminar con normalidad?
-Ayer estuve en la playa y caminé desde el apartamento unos diez minutos. Lo hacía por etapas, porque tenía que sentarme a cada rato. Tengo dolores muy fuertes constantemente.
-¿Cómo está siendo el día a día en la rehabilitación?
-Muy duro. Hay que recuperar la movilidad, el músculo y además de masajes, el fisio me aplica electro, ultrasonidos y todo tipo de técnicas.
-¿Ha pensado en su reaparición?
-Me gustaría que fuera el 30 de julio en Santander. Estoy anunciado con la misma ganadería del toro que me hirió, la de Adolfo, con Perera y Talavante. Haré todo lo posible.
-Vaya racha que llevamos...
-Pues sí, los toros cogen.
-¿Había tenido relación con Víctor Barrio?
-Era muy amigo mío. Me apoderó su tío, Juan Antonio Sánchez. Cogimos amistad en 2001 y 2002. He compartido muchos tentaderos con él en esa época.
-Es tremendo lo que han dicho de él en las redes sociales.
-Es una muestra de la sociedad que tenemos y de la miseria de algunas personas. No se les debería prestar atención porque no atienden a ningún tipo de diálogo ni razonamiento.
-Tras su cogida, también hicieron sangre con usted.
-Al borde de la muerte, duele que te digan ¡Qué suerte que sigas vivo! y ¡Ojalá no te recuperes en tu vida! Estas personas no aportan nada, no son aptas a la sociedad ¿Cómo nos vamos a poner en manos de esa enfermera o vamos a llevar a niños al profesor que la ha liado y que dudo que sea profesor?
-¿Ha dado el mundo del toro una respuesta adecuada?
-Sí. Hay que atajar ese tipo de manifestaciones inmundas en las redes; eso no es libertad es libertinaje. El escombro de la sociedad no debe tener protagonismo.
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