Toros

Morante de la Puebla corta una de las dos orejas concedidas en Brihuega

Morante, ayer, en Brihuega.

Morante, ayer, en Brihuega. / pepe zamora / efe

Una oreja cada uno pasearon los diestros José Antonio Morante de la Puebla y Alejandro Talavante en la ya tradicional corrida de Brihuega (Guadalajara), una tarde larga y pintoresca, en la que llegaron a saltar dos toros al ruedo a la vez. Se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq, justos de presentación, nobles, blandos y en el límite también de la raza. Tercero y cuarto, los que más duraron. Morante de la Puebla, ovación y oreja. José María Manzanares, silencio y silencio. Alejandro Talavante, oreja y ovación. El festejo arrancó con 20 minutos de retraso al saltar dos toros a la vez en el primer turno. El reseñado como sexto rompió el portón, se coló en la manga y al abrirse la puerta de toriles saltó junto al primero de corrida. La plaza se llenó en tarde progresivamente fresca.

Una tarde que no pasará a la historia pero en la que hubo pasajes de buen toreo por Morante de la Puebla, que lidió de maravilla a sus dos toros de capote, y también con la muleta, en dos faenas de corte clásico y sabor añejo. Sólo tocó pelo en el buen cuarto, porque en su primero no le funcionó la espada.

Talavante también dejó retazos de toreo inspirado en el manejable tercero, al que pegó muletazos de categoría antes de cortar una oreja tras un pinchazo hondo y un descabello. No pudo rematar la tarde con el manso y rajado sexto, con el que tuvo que desistir.

Manzanares sólo dejó para el recuerdo un bello saludo capotero al quinto, que después se inutilizó. Su primero fue un toro en el límite al que pegó pases y más pases antes de atascarse con los aceros.

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