pozoblanco

El nuevo clorador salino de la piscina ahorrará 100.000 litros de agua a la semana

  • El Ayuntamiento destaca que el sistema, que simula la composición marina, supone un ahorro del 10% en mantenimiento

Santiago Cabello y Manuel Cabrera visitan la instalación.

Santiago Cabello y Manuel Cabrera visitan la instalación. / el día

El Ayuntamiento de Pozoblanco ha instalado en la piscina municipal un nuevo sistema de regeneración del agua que no utiliza el método tradicional de cloración química, sino uno más avanzado de cloración salina. Este tipo de proceso supone un "gran avance" para esta instalación, destacaron fuentes municipales, pues permite un ahorro de un 80% en mantenimiento y de un 100% en productos químicos, que ya no serán necesarios.

En relación al agua, que tendrá un ligero salazón natural bastante más leve que la del mar, se calcula un ahorro de 100.000 litros a la semana. Hasta ahora se tenían que renovar semanalmente un 10% del millón de litros que entran en el vaso, algo que ya será innecesario. El alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello (PP), explicó ayer que con esta inversión que ya se ha puesto en marcha "hemos conseguido no sólo un ahorro económico y de agua, algo muy importante en tiempos de escasez como los actuales, sino que la piscina sea más ecológica y saludable para los usuarios".

El consumo eléctrico de la cloración salina es similar al de una bombilla de bajo voltaje

Cabello enmarcó este esfuerzo inversor dentro de las políticas de ahorro en la gestión que el Consistorio está desarrollando y recordó la importancia de la piscina climatizada en los meses invernales para fomentar el deporte. "Son centenares las personas que la utilizan para preparar competiciones, hacer rehabilitación o pasar su tiempo de ocio con hábitos saludables", explicó el primer edil.

El concejal de Infraestructuras de Pozoblanco, Manuel Cabrera (PP), agregó que el nuevo sistema "conlleva otros beneficios" importantes unidos al del "gran ahorro de agua, vital actualmente". En lo que se refiere a la salud, por ejemplo, resulta útil que la sal, disuelta con la misma densidad que puede tener la lágrima de un ojo, se convierte en un antiséptico natural tal como ocurre con el agua marina, lo que evita el crecimiento de microorganismos. Otra ventaja en ese sentido es que, según explicó el edil, "no irrita los ojos y evita el olor y sabor a cloro químico tan característico de muchas piscinas".

El sistema también tiene carácter medioambiental, pues el consumo eléctrico de la cloración salina es el mismo que el de una bombilla pequeña de bajo voltaje. Además, presenta un aspecto ecológico puesto que no utiliza cloros químicos, algo que a su vez "redunda en la seguridad laboral de los operarios pues se evitan trabajos de cierto peligro como el traslado, el almacenamiento y la dosificación".

Cabrera precisó que la inversión supondrá a largo plazo "una ventaja para las cuentas municipales, pues supone tan sólo el 10% de lo que costaba el convencional". Recordó que, además, se apuesta por una instalación más eficaz que conseguirá un mejor mantenimiento, algo que se debe a que la capacidad regeneradora de este proceso es muy superior a la que ofrecen los cloros químicos habituales. El sistema de electrólisis requiere de la disolución de una pequeña cantidad de sal, de en torno a cuatro gramos por litro (el agua de mar suele tener unos 30).

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