El Valle del Guadalquivir y su carácter puramente agrícola son dos aspectos que, a primera vista, pueden parecer antagónicos, aunque cada vez es más habitual el uso de las nuevas herramientas digitales en el sector agrario. En esta labor se empeña desde hace seis meses el Centro de Innovación y Tecnología Alcalde Manuel López Maraver, un complejo situado en Palma del Río orientado al alojamiento de emprendedores.

Medio año después de su puesta en marcha, ya se encuentran en funcionamiento tres de las cinco firmas adjudicatarias de este espacio -Ired Engineering & Inspecciona, Punto JS Estudio Creativo y Texla Control-, mientras que una cuarta está en proceso de mudanza y la quinta lo tiene pendiente. Cada una de ellas aborda distintos apartados en los que la tecnología siempre está presente, como el caso de la palmeña Texla Control, una compañía que presta servicios tecnológicos avanzados para las empresas agroalimentarias.

"Nuestro objetivo es convertirnos en una firma de servicios para los agricultores. No solamente quedarnos en la industria, sino llevarlos directamente al corazón de la tierra y ofrecer servicios avanzados para los cultivos", expone su responsable de tecnología, Francisco Acosta. Para esta sociedad con oficinas también en Sevilla, la elección de Palma del Río se debió a su ubicación, ya que "el 80 ó 90% de su economía está ligada a la agricultura", explica. De igual modo, Acosta resalta que el edificio "es el único sitio en Palma del Río que cuenta con fibra óptica ya instalada y funcionando a 300 megas simétricos" y, al mismo tiempo, ofrece la posibilidad de "poder estar en un sitio donde hay otras empresas de base tecnológica para colaborar con ellas o sacar proyectos conjuntos".

Texla Control desarrolla proyectos como la sensorización de las fincas para trasladar esa información a la nube y cruzarla con datos externos, climatológicos o financieros, y así asesorar al agricultor para que su producción sea más efectiva y eficiente. También arrancarán en septiembre junto a la Universidad de Córdoba un programa operativo con ovejas; en concreto, instalarán sensores en explotaciones ganaderas para regular y controlar la apertura de puertas o el sistema de ventilación oportuno.

En relación a esta unión tecnológica y agroindustrial, en Palma de Río ya se está organizando una asociación orientada a este asunto y que estará compuesta por organizaciones de productores citrícolas y empresas tanto agroindustriales como aquellas que aportan valor tecnológico.

Al pasear por este centro, muy luminoso, se aprecian esos lugares donde se han desarrollado cursos de formación o jornadas por parte del Ayuntamiento o el Centro Andaluz de Emprendimiento (CADE). En otra de las salas se ubica la marca canadiense Ired, cuyas labores abordan la inspección de grandes plantas químicas o de refinería; en España, la termografía de alta temperatura es la especialidad que más refuerzan. "Aquí en la oficina hacemos los análisis tras visitar al cliente con las cámaras infrarrojas para obtener las imágenes", especifica el ingeniero Alejandro Almenara. Este joven palmeño empezó a trabajar en Canadá y, ante la idea de expansión a Europa por parte de la compañía, optaron por Palma del Río como primer punto de aterrizaje. "Es más barato que una gran ciudad y ya conozco la zona, por lo que al final resultaba lo más conveniente para ellos", asegura. Entre sus clientes, se encuentra la refinería de Repsol ubicada en Puertollano (Ciudad Real).