Inmigración hoy

Resulta imprescindible una política europea de cooperación al desarrollo eficaz para atacar las causas de la inmigración

La decisión del Gobierno de trasladar a la península a unos mil inmigrantes llegados en cayucos a Canarias (a petición del Gobierno regional), ha generado reacciones y declaraciones xenófobas por parte de algunos dirigentes políticos de Vox y del Partido Popular.

La inmigración es un fenómeno tradicional del conjunto de la sociedad y casi siempre es la expresión de la búsqueda de un futuro mejor por parte de personas y familias que huyen de la pobreza y la miseria, cuando no de la persecución y de las guerras.

Europa es hoy un punto de atracción a los movimientos migratorios porque es evidente que nuestra cercanía a los diferentes países africanos nos pone en el escaparate como sociedad desarrollada y rica que, al compararse con la realidad de pobreza y de conflictos en esos países, hace inevitable el deseo de migrar hacia nuestra realidad.

Además, sobre todo por las necesidades de cuidados que requiere Europa por el envejecimiento, nuestra sociedad es capaz de ofrecer empleos que pueden ser asumidos por muchos de esos inmigrantes. En España, desde ahora hasta el 2050, los expertos señalan que serán necesarios 5 millones de inmigrantes que pueden asumir tareas que ya somos incapaces de resolver con la mano de obra nacional.

Resulta imprescindible una política europea de cooperación al desarrollo eficaz para atacar las causas de la inmigración, así como estrategias que hagan posible una gestión del fenómeno migratorio respetuoso con los derechos humanos y organizando los flujos para responder a las necesidades de la economía europea, de forma que se pongan recursos que hagan factible una integración normalizada en nuestras respectivas sociedades.

España tiene una experiencia reciente (años 60 y 70 del siglo pasado) de emigración en la que miles y miles de ciudadanos españoles tuvieron que emigrar a Alemania, Francia, Bélgica y otros países europeos. Una emigración causada por la pésima situación económica que en la dictadura había en regiones como Andalucía, Extremadura o Castilla y León por no citar a otras muchas. Algo que no debería olvidarse.

Hay que afrontar y enfrentar con firmeza las posiciones xenófobas e interesadas de aquellos que quieren aprovechar esta situación para hacer una utilización política, que solo pretende sacar rédito electoral a costa de asustar a la sociedad con proclamas repletas de argumentos falsos cargados de odio.

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