Cultura

'La tortuga de Darwin' ofrece su visión del siglo XX en el Gran Teatro

  • Carmen Machi encarna a un animal que analiza las conductas del hombre

El paso de la evolución, los acontecimientos históricos que trajo el devastador siglo XX y las diferentes actitudes de la especie humana recorren la vida de Harriet, una tortuga casi bicentenaria nacida en las islas Galápagos y que vive en Europa pero que ante su vejez y la cercanía de su muerte desea volver al lugar donde nació. La tortuga de Darwin, de Juan Mayorga, dirigida por Ernesto Caballero e interpretada por Carmen Machi, caminará durante esta noche y mañana por las tablas del Gran Teatro para demostrar al público que los animales, en contra de lo que se piensa, no son tan brutales como los humanos. "He visto hombres bestiales y otros que son tratados como bestias", dice Harriet después de una historia llena de experiencias.

Harriet fue un ejemplar de tortuga gigante hembra que Charles Darwin transportó desde el archipiélago de las Galápagos hasta Inglaterra. Los estudiosos creen que fue una de las tres especies que el científico trajo a Europa en este viaje realizado en 1835.

La historia empieza cuando una noche un historiador recibe la visita de un personaje muy particular que se identifica como Harriet, la tortuga que Darwin trajo desde las Galápagos y al parecer la criatura más anciana del mundo. Ella ha sobrevivido a muchos hitos de la historia. Cuando llegó a Gran Bretaña la esclavitud era legal en este país, y después de pasar por muchas vivencias en las que ha descubierto cómo es el ser humano y casi convertirse en uno de ellos por la evolución, desea volver a su lugar de origen pese a que casi no recuerda nada de él porque salió de allí hace muchos años.

Este historiador está encantado de conocer a un testigo presencial del caso Dreyfuss, de la Revolución de Octubre, del bombardeo de Guernica o de la caída del Muro de Berlín. Además, el conocimiento de Harriet destapa las ansias de notoriedad de un científico asombrado ante este caso tan evidente de evolución, que a su vez se apoya en la codicia de la mujer del historiador, que pretende hacer de Harriet un animal de exhibición. Así que después de vivir tantas peripecias, la tortuga cae en manos de un historiador obsesivo y de un médico paranoico que la exprimen para empaparse de sus recuerdos.

La tortuga ha sobrevivido a 11 Papas, 35 presidentes norteamericanos y a dos guerras mundiales. Ha tenido que adaptarse una y otra vez a diversas y complicadas circunstancias, lo que la ha convertido casi en una persona, pues camina erguida y habla. Es un testigo de la Historia que ha visto pasar la vida de miles de personas desde su particular visión a ras de suelo.

La fábula de Mayorga pretende desmenuzar los pormenores del catastrófico siglo pasado a través de una tortuga que hace un repaso de los acontecimientos históricos para concluir diciendo que la humanidad no tiene remedio.

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