Cultura

Una novela gráfica relata el periplo de un inmigrante hasta llegar a Europa

  • 'Alpha', Premio Médicos Sin Fronteras, es obra de la escritora Bessora y el ilustrador Barroux

Alpha es una crónica de viaje, la novela gráfica de la escritora Bessora y el ilustrador Barroux, ganadora del Premio Médicos sin Fronteras, que narra el periplo de un inmigrante marfileño que quiere reunirse en París con su mujer y su hijo, un sueño enfrentado a los muros burocráticos. Alpha es además el nombre del protagonista de este relato, un joven carpintero que tras intentar sin éxito lograr el visado legal para llegar a Europa, se despide de su Abiyán natal tan sólo con la foto de su pequeña familia en el bolsillo, una imagen que durante los 18 meses de trayecto mostrará a quien se cruce con él para preguntar si han visto a esa mujer y a ese niño, de los que no tiene noticias.

La obra, publicada en España por Norma, está construida gracias a los testimonios de inmigrantes africanos sin papeles que han arriesgado sus vidas para alcanzar Europa, explicó Bessora, que se adentra por primera vez en la novela gráfica después de que Barroux -colaborador del New York Times y el Washington Post- contactara con ella con una idea clara en la cabeza.

Este dibujante francés, criado entre Argelia y Marruecos, que acababa de publicar un libro sobre la primera Guerra Mundial, quería hablar de África, de las ilusiones y frustraciones de los migrantes que aspiran a llevar una vida mejor, que atraviesan desiertos o se lanzan al mar en cayucos o balsas que muchas veces se convierten en ataúdes. Hablar, por ejemplo, de vidas como la de Togola, un refugiado que llevaba ocho años en Francia a quien Barroux conoció en un taller de artistas, y en cuya existencia supo reconocer inmediatamente una historia que debía ser contada, aunque el libro sea ficción, y los textos de Bessora se hayan inspirado en éste y otros testimonios de personas que habían realizado esos duros trayectos.

"Me imagino que Europa es bella, pero muy fría también. No hay polvo como en África. Las carreteras están en buen estado. Seguro que todo está más limpio en mi casa. Creo que Europa es un buen lugar para vivir". Con este monólogo comienza la novela, concebida como el diario gráfico del propio Alpha, con un dibujo básico, como si fuera realizado en un alto en el camino, a toda prisa, directo y expresivo.

"Cuando leí el potente texto de Bessora entendí que ése debía ser el estilo y la técnica. Compré unos rotuladores en el supermercado por cuatro euros, a lo que añadí un poco de tinta china para potenciar el efecto", comentó.

Bessora -que al igual que Barroux firma únicamente con su nombre- es una novelista belga, hija de un diplomático gabonés, que ha optado por un estilo en el que los autores "desaparecieran", que no quedara rastro de ellos de cara al lector. "Que fuera Alpha mismo el que hablara, por eso se trata de un relato en primera persona, como si lo estuviera escribiendo conforme va avanzando en su viaje, un personaje con voz propia", comentó la escritora, que mantiene el pulso dramático de la narración pero sin caer en lo lacrimógeno.

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