literatura

Revelar la verdad oculta

  • Javier Marías plantea una forma inédita de interpretación del mundo moral en su nueva novela, 'Los enamoramientos'

Una sucinta anécdota, trivial en apariencia y base para una historia vulgar en la mano de un autor menos capacitado que Javier Marías, dispara en Los enamoramientos enjundiosas reflexiones en torno a la pasión, la fatalidad de los hechos y, especialmente, la muerte y su correlato el olvido. La anécdota es narrada por María Dolz, empleada en una editorial e involucrada fortuitamente en el asesinato de un ejecutivo a manos de un indigente enloquecido. Durante años, la narradora ha sido testigo de la relación cariñosa y aparentemente feliz del finado y de su mujer, que acudían casi cada mañana a desayunar a la misma cafetería que ella. Lo que parece un desafortunado caso de violencia que deja una viuda joven y unos pequeños huérfanos se complica con la aparición de un amigo seductor, culto y vanidoso, enamorado de la viuda como la narradora lo acaba estando de él mismo. Esta trama a medio camino entre la novela negra y la romántica sirve a Marías de tramoya para el ejercicio racional de hallar la verdad esquiva y recóndita, sirviéndose para ello del torrente verboso y los sucesivos hallazgos de María Dolz, atrapada en las oscuridades morales del caso.

No todas las digresiones de esta narradora y de los personajes de Los enamoramientos están fecundadas de perspicacia y brillantez. A veces vencen la reiteración excesiva y una cierta superficialidad que quedan ocultas por la deslumbrante capacidad léxica y semántica de Marías. Esta combinación resume el esfuerzo de un escritor extraordinario por extraer de la cotidianidad vulgar pizcas de sabiduría literaria, tarea propia de la novela y de los novelistas que Marías lleva a una rara perfección. La trama de la novela es pues un pretexto para desbrozar apariencias y llegar al núcleo de la verdad, que no es tanto el quién, el cómo y el porqué del asesinato del ejecutivo -ya dijimos que no se trata de una novela negra-, sino los móviles que guían la conducta, la contextura ética, la debilidad del individuo y la cobertura racional con la que se intenta justificar. Para hablar de todo ello, Marías echa mano con extraordinaria fecundidad de lecciones aprendidas de Shakespeare, de Balzac, de Dumas... apoyos epistemológicos que ayudan a comprender el mundo y lo que en él acontece y también a juzgarlo con una inteligencia que puede escapar al juicio convencional, incluso aunque estemos hablando de un asesinato promovido por un irracional afán. Llegamos así al valor nuclear de Los enamoramientos: enseñarnos a interpretar el mundo moral de una manera inédita, lejos de los usos aprendidos de la razón. La ficción se hace así ejemplar. Ayuda a ello la perspectiva de la narradora, que no escatima reflexiones sobre lo ocurrido, dosificando magníficamente el irregular ritmo de la novela, abundando las pausas, en las que el tiempo de la historia se mantiene paralizado por el análisis de los acontecimientos, y las escenas, conseguidas mediante los largos interlocuciones entre los personajes. Lo dicho revela la preocupación del autor por adentrarse en los meandros psicológicos de los personajes para, desde ellos, elevarse a una perspectiva más abstracta que nos hable de la condición humana, de su comportamiento, de su estructura moral y de su manera de afrontar la existencia. Independientemente de la afición que se tenga por la exquisita escritura de su autor, es difícil no dejarse seducir por la artesanía de Los enamoramientos, que nos muestran al Marías más puro y genuino.

Peter Bagge. La Cúpula. 124 páginas, 19 euros

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