Cultura

Realistas españoles dialogan con el pasado en Málaga

Tres generaciones de artistas realistas españoles coinciden por primera vez en la nueva exposición temporal del Museo Carmen Thyssen de Málaga, que además los ha puesto en diálogo con la tradición del arte holandés del siglo XVII, el naturalismo barroco español y el realismo del siglo XIX.

Este deseo de "registrar la realidad efímera" ha sido un desafío constante para los artistas que "hunde sus raíces en el pasado grecorromano", resaltó ayer Lourdes Moreno, directora artística del museo y comisaria de la exposición, compuesta por 54 pinturas, esculturas y dibujos de 22 creadores actuales y diez maestros del pasado.

La generación de los 30 está presente con Antonio López e Isabel Quintanilla

En este recorrido por medio siglo de realismo en España está la generación de los años 30 (con Antonio López, Francisco y Julio López Hernández, Amalia Avia, Isabel Quintanilla o el chileno Claudio Bravo), que es "la más reconocida y abrió camino en unos tiempos en los que primaban el informalismo y la abstracción".

Le siguieron la generación de los 40, representada por Cristóbal Toral o Eduardo Naranjo, y la generación de los años 50, con Gerardo Pita, César Galicia o Manuel Franquelo.

La exposición se divide en cuatro secciones dedicadas a otras tantas temáticas que han pervivido en distintos momentos, la primera de ellas el bodegón, que arranca con sendas piezas del autor de origen flamenco Miguel de Pret y Francisco de Zurbarán replicadas después por Isabel Quintanilla o Antonio López.

Este espacio protagonizado por las naturalezas muertas concluye con la obra Nevera nueva del propio Antonio López, que con nueve piezas es el autor más representado en la exposición.

El segundo apartado es el de la figura humana, la tercera sección es la de las luces en los espacios interiores y el paseo concluye con el espacio reservado al paisaje.

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