ángel Parra, fallecido ayer a los 73 años, fue uno de los impulsores de la Nueva Canción Chilena, movimiento que a partir de los años 60 llegó a renovar el folclore de su país, además de difundir junto al clan familiar el legado de su madre, la cantautora Violeta Parra. Radicado en Francia tras el golpe militar que derrocó al presidente socialista Salvador Allende (1970-1973), Parra falleció en un hospital de París, donde estaba internado por un cáncer generalizado.

El artista, que cultivó diversos estilos, deja una extensa discografía con recordadas composiciones como Cuando amanece el día o Amigo, soldado, hermano, versiones de otros autores, musicalización de poemas, oratorios y música para teatro y cine.

Nacido en 1943 en el puerto de Valparaíso como Ángel Cereceda Parra, el cantautor está considerado una pieza fundamental en la Nueva Canción Chilena, el movimiento iniciado en la década de los 60 para renovar la música folclórica, incorporándole instrumentos y ritmos musicales del continente, además de añadirle un fuerte compromiso con el proceso de cambios sociales que vivía Chile en esos años. Trabajó junto a su madre, de quien heredó el gusto por la música y la investigación folclórica, y también colaboró con cantautores de la talla del argentino Atahualpa Yupanqui y con emblemáticos grupos chilenos como el Quilapayún, además de recibir la influencia de poetas como Pablo Neruda o su tío Nicanor Parra.

El golpe militar de 1973 le encontró en plena actividad artística y comprometido con el Gobierno de la Unidad Popular del presidente socialista Salvador Allende, por lo que fue detenido y llevado a un campo de concentración del que fue liberado en 1974. Desde allí partió al exilio a México y dos años más tarde viajó a Francia, donde se radicó con su familia.