Estaba subiendo la escalera del éxito cuando se le estranguló el corazón. Sus miembros se esparcieron por distintos quehaceres y geografías y muchos fans se preguntaban qué hubiera pasado si... Pero nunca hubo reagrupamiento y regreso. Hasta ahora. Corazones Estrangulados ha vuelto, 20 años después de su disolución, y no sólo para ofrecer un concierto en la discoteca Palazzio (el próximo viernes) que ha generado una gran expectación en los foros musicales de la ciudad. Ha regresado para quedarse. Para repetir la iniciativa "una o dos veces" a lo largo del verano y programar "una gira para el invierno", según indicó ayer uno de sus componentes, Yonka Zarco.

"Rompimos abruptamente cuando estábamos en lo alto", reconoce Zarco, letrista y guitarrista de la banda, que estará acompañado el viernes sobre el escenario por la formación original de Corazones, Eva Riquelme (voz), Ramón Medina (batería), Carlos Trigo (teclados) y Joaquín Montoro (bajo), más la incorporación de Pablo Núñez a la guitarra. "Con el último single llegamos a ser número tres en la lista de Los 40 Principales y la compañía tenía para nosotros incluso planes de promoción internacional", evoca el músico, que explica que este reencuentro ha sido estimulado por Palazzio a partir de una circunstancia familiar: el dj de la discoteca es el hijo de Montoro. "No me esperaba que pasase. Lo que empezó como una charla de bar ha acabado en esto", señala Zarco.

Corazones Estrangulados nació en 1989 y grabó tres discos, el último con Mayka Ramírez como voz. "Hubo una evolución, del pop romántico un poco gótico de los inicios a un concepto más rockero, fue una deriva rockera porque la vida te empuja un poco por ahí", apunta el músico. Pero lo cierto es que los cambios inestabilizaron la banda porque "Eva tenía otra idea" y los desacuerdos rompieron el proyecto. En el concierto del viernes, Corazones tocará íntegros sus dos primeros discos "con el sonido primitivo, el que nos unió, a la medida de Eva", más algunos temas inéditos.

Zarco y Riquelme, no obstante, han coincidido posteriormente en algunos momentos puntuales sobre un escenario, sobre todo en conciertos del grupo La Reserva. "Ella tiene la voz de mujer que más me gusta en la música española. Y en su momento supuso una revolución, gustaba a todo el mundo por su color y su calidez", anota el guitarrista, que destaca que Corazones "fue un grupo pionero en muchas cosas, entre ellas en poner a una cantante frente al público, que en el panorama de entonces era algo inusual". Sin querer abonar con hipótesis el territorio siempre problemático de la nostalgia, Zarco no evita algún apunte conjetural: "Quizá lo que se ha llevado Amaral nos lo habríamos llevado nosotros".

La reunión de los miembros dos décadas después para prepara un concierto ha sido una experiencia "de pura emoción, porque la música es eso". "Tuvimos momentos gloriosos, conseguimos un sonido", exclama el guitarrista. Alrededor de 550 personas asistirán el viernes a un momento para la historia del pop-rock cordobés.