Cultura

Allen recupera su mejor registro cómico en su homenaje a Barcelona

  • El realizador neoyorquino fue el protagonista de la jornada de ayer, en la que el brasileño Walter Salles presentó a concurso su nuevo filme, 'Linha de passe'

Dos mujeres como Penélope Cruz y Scarlett Johansson son el sueño de muchos, pero esa fantasía sólo está al alcance de un hombre, Javier Bardem, en Vicky Cristina Barcelona, la comedia romántica que Woody Allen presentó ayer fuera de concurso en el Festival de Cannes. El entusiasta aplauso que se escuchó al término de la función para la prensa sofocó algún tímido abucheo a la cinta, que recupera el tono de comedias famosas del director como Annie Hall.

Vicky Cristina Barcelona, la primera película que el neoyorquino rueda en España después de su etapa en Londres, constituye además un homenaje a la capital catalana, que se erige como un personaje más de la película.

Johansson y Rebecca Hall interpretan a dos turistas estadounidenses que acuden a Barcelona para pasar un verano. Allí conocen a un acomodado pintor (Javier Bardem) que cambiará gradualmente el punto de vista sobre el amor que ambas amigas tienen.

A este trío se suma la ex esposa del artista (Penélope Cruz), una mujer apasionada que mantiene una relación de amor-odio con su ex marido.

Si Javier Bardem quería librarse de su imagen de latin lover, después de esta comedia le resultará más difícil, pues en la cinta da vida a un seductor que remite en algún momento a su personaje en Jamón, jamón, la película en la que Cruz y el actor coincidieron en los inicios de su carrera.

Cruz y Hall acompañaron al director en la concurrida presentación ante la prensa, en la que la española aseguró que se rió mucho leyendo el guión y que sólo después, cuando comenzó a trabajar el personaje, descubrió el peso dramático. "Woody nos dio mucha libertad y nos dejó improvisar. Pero yo tenía miedo de hacerlo. Una no cambia una línea del guión de Allen", dijo la actriz madrileña.

El director neyorquino defendió sobre todo el personaje de Bardem, que, sin conocer a las dos turistas, lo primero que les propone es pasar un fin de semana juntos. "Básicamente es una persona decente, abierta", señaló.

Preguntado acerca del sueño de estar con dos mujeres a la vez, Allen replicó que para él una relación de esas características sería impensable. Ya "es bastante duro conseguir una persona", apostilló.

Vicky Cristina Barcelona, que también trata todos los tópicos españoles, pero desde el singular punto de vista del realizador neoyorquino, muestra además numerosos atractivos turísticos de la segunda ciudad española.

"Adoro Barcelona, mi mujer y mis hijos tenían ganas de pasar el verano en Barcelona y escribí algo para poder rodar allí", dijo Allen, antes de recalcar que "todo fue perfecto" durante el mes que pasó en la ciudad española para hacer la película.

brasil revisitado

"El cine, para reflejar su propio tiempo, tiene que estar un poco por delante", aseguró ayer en rueda de prensa el director brasileño Walter Salles, quien presentó la película que codirige con Daniela Thomas, Linha de passe, en la competición oficial del festival.

Salles y Thomas se colocan juntos detrás de la cámara para contar cómo ha cambiado Brasil desde que hace 12 años rodaran Tierra extranjera. La crítica, con sus aplausos, refrendó la crónica del país que ambos ofrecen.

Brasil, explicó Salles, es un país que está cambiando constantemente. "Una forma de reaccionar ante esos cambios es integrar esa realidad", lo que proporciona un "movimiento constante en la película", señaló el realizador, quien puntualizó que no ha rodado un docudrama, porque es un género del que reniega.

Así, Linha de passe se centra en una familia disfuncional de cuatro hermanos con historias basadas en hechos reales. Los cuatro viven con su madre, embarazada de nuevo, en la periferia de Sao Paulo, una megalópolis de 20 millones de personas.

El mayor de los hijos trabaja como mensajero con una moto que apenas puede pagar, el segundo es profundamente creyente y acude a una iglesia evangélica, el tercero intenta labrarse un futuro como jugador de fútbol y el más pequeño pasa el día de autobús en autobús buscando a su padre, a quien no conoce.

Sus realidades podrían ser como las de los millones de brasileños que cada día luchan por salir adelante. Aunque la violencia ligada a las favelas y las drogas es una imagen recurrente en el cine actual brasileño, Salles y Thomas han querido sin embargo fijarse en esa mayoría.

Rodeados de un equipo que por primera vez hacía cine, los realizadores contaron con actores noveles para los personajes principales: Joao Baldasserini, Jose Geraldo Rodrigues, Kaíke de Jesus Santos y Sandra Coverloni.

El único que ya sabía cómo comportarse delante de una cámara es Vinicius de Oliveira, el protagonista de Estación Central, que ahora da vida a un muchacho que está a punto de cumplir 18 años y ve cómo se desvanece su sueño de convertirse en futbolista profesional.

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