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La epidemia de cólera en Zimbabue puede convertirse en una catástrofe humanitaria

  • Según los últimos datos difundidos por la oficina de ayuda humanitaria de la ONU (OCHA), el número de casos de cólera registrados desde agosto en Zimbabue se ha elevado a 18.413.

El brote epidémico de cólera que ha causado cerca de un millar de muertos de un total de más de 18.000 casos registrados en Zimbabue amenaza con convertirse en catástrofe humanitaria, pese a que el Gobierno de este país insiste en que la crisis ha sido contenida

Según los últimos datos difundidos por la oficina de ayuda humanitaria de la ONU (OCHA), el número de casos de cólera registrados desde agosto en Zimbabue se ha elevado a 18.413.

De ellos, 978 personas han muerto, lo que supone un porcentaje de mortalidad del 5,3 por ciento, un número muy por encima de lo que las agencias sanitarias consideran como controlable.

Sin embargo, algunas agencias humanitarias en el país estiman que el verdadero número de casos mortales de la enfermedad, probablemente sea un 20 por ciento más alto que las cifras oficiales.

"La epidemia se extiende rápidamente y el número total de muertos es, seguramente, más alto", según Itai Rusike, del Grupo Comunitario de Trabajo sobre Salud, de Harare.

"Las víctimas mueren también en sus casas, no sólo en los hospitales, y esos casos no son registrados", dijo a Efe Rusike, quien puntualizó que las cifras oficiales "probablemente reflejan el 80 por ciento de la situación".

El colapso, entre otras cosas, de los sistemas de telecomunicaciones en Zimbabue está dificultando la actualización del número de muertos a causa del cólera que el Ministerio de Salud Pública informaba semanalmente.

La semana pasada, los medios de comunicación estatales informaron de que el 75 por ciento de las líneas telefónicas del país están fuera de servicio, mientras que las conexiones mediante telefonía móvil son interrumpidas constantemente.

Rusike señaló que sólo en los pasados siete días, 121 personas murieron de cólera en la ciudad central de Chegutu, localidad que anteriormente no había sido afectada por la epidemia

La Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) advirtió hoy desde Ginebra de que la estación de lluvias en Zimbabue supone otro factor negativo más para la propagación de los casos de cólera.

El actual brote de cólera en Zimbabue, enfermedad que se transmite a través del agua contaminada, ha tenido como origen el colapso de la red cloacal de Harare y una falta de mantenimiento de los sistemas de distribución de agua potable.

Con una provisión irregular de agua potable, muchos residentes de los barrios pobres de esta capital y sus alrededores dependen de pozos artesanos, que son fácilmente contaminados por efluentes cloacales y la basura que no es recolectada por los servicios municipales.

"La mitad de Harare ha estado sin agua potable durante las pasadas dos o tres semanas y en tales condiciones es muy difícil manejar o contener el cólera", subrayó al respecto Rusike.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha cifrado en 17,5 millones de dólares los recursos necesarios para impulsar su respuesta de emergencia para combatir el cólera y ayudar a reconstruir los servicios sociales colapsados.

UNICEF subraya que los fondos son necesarios para adquirir productos químicos para el tratamiento de agua durante los próximos cuatro meses, la provisión de medicamentos y equipos para tratar el cólera en centros sanitarios de 62 distritos y la gestión alimentaria para tratar la malnutrición aguda.

Según Roeland Monasch, representantes de UNICEF en Harare, este brote de cólera, que llega en medio de una creciente crisis alimentaria y una pandemia de sida, supone "la peor amenaza para la supervivencia y desarrollo de los niños y niñas en los últimos 20 años".

Sin embargo, el presidente zimbabuense, Robert Mugabe, declaró el pasado día 11 que los médicos han conseguido controlar la epidemia de cólera, mientras que el oficialista "The Herald" ya no publica la cifra de muertos por la enfermedad y en lugar de ello saca diariamente una pequeña columna con consejos sobre como evitar el contagio.

Por su parte, el ministro de Salud Pública, Edwin Muguti, quien afirmó que las declaraciones de Mugabe habían sido "distorsionadas por la prensa internacional", afirma que "la epidemia retrocede", aunque admite que "el problema aun está presente", según el Herald.

La última epidemia de grandes proporciones en Zimbabue fue en 1992, cuando murieron 3.000 personas.

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