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Rusia lanza una operación de castigo contra objetivos militares en Georgia

  • El Ejército ruso bombardea las instalaciones militares y navales en el principal puerto comercial georgiano · Medvedev asegura que "garantizará" la independencia de Osetia del Sur y Abjasia

Rusia lanzó ayer una nueva operación de castigo contra Georgia al destruir las instalaciones militares y navales en el principal puerto comercial georgiano, Poti, a orillas del mar Negro.

El alcalde de la ciudad, Ivan Saguinadze, denunció la "destrucción" de las infraestructuras militares y portuarias en declaraciones a la radio estatal de Georgia.

Poti, que cuenta también con una terminal petrolera, está a 70 kilómetros de la frontera con la región separatista de Abjasia.

Georgia acusa a Rusia de romper su promesa de alto el fuego, aunque Moscú mantiene que sus incursiones en territorio georgiano se limitan a operaciones de "exploración", y que ya suspendió las acciones militares.

Por su parte, el jefe del Pentágono, Robert Gates, dijo ayer que "si Rusia no retrocede en su postura agresiva nuestras relaciones se verán afectadas durante años".

Mientras, en la ciudad de Gori, a pocos kilómetros de la frontera con Osetia del Sur, una columna de policías georgianos regresó para controlar de la ciudad.

Según el Gobierno georgiano, cerca de 40.000 personas, el 80% de la población de Gori, huyeron de la ciudad ante el avance de las tropas rusas.

Según las autoridades de Georgia, las tropas de Moscú se comprometieron a abandonar la ciudad antes del mediodía de ayer y aunque la cadena Rustavi-2 indicó que los rusos comenzaron a dejar la ciudad, añadió que difícilmente podrán cumplir el plazo.

"Esperamos que también hoy las tropas rusas se retiren de Zugdidi (ciudad casi en la frontera con Abjasia) y que tendremos todo el control sobre Gori", aseguró ayer Shotá Utiashvili, portavoz del ministerio del Interior.

Mientras, más de doce mil refugiados han regresado ya a Tsjinvali, capital de Osetia del Sur, según fuentes rusas.

Borís Chochíev, vicepresidente suroseta, señaló que el suministro eléctrico a la población no quedará garantizado hasta dentro de diez días, señaló, aunque especificó que las estructuras logísticas, centros de transmisiones y órganos de seguridad tienen energía.

Por su parte, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, recibió ayer en el Kremlin a los líderes separatistas suroseta, Eduard Kokoiti, y abjaso, Serguéi Bagapsh. Estos respaldaron el plan de arreglo del conflicto presentado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en nombre de la Unión Europea.

Medvedev subrayó que Moscú "apoyará cualquier decisión que tomen los pueblos de Osetia del Sur y Abjasia en consonancia con la carta fundacional de la ONU, la Convención Internacional de 1966 y el Acto de Helsinki sobre la seguridad en Europa".

El líder ruso aludía al futuro estatus de Osetia del Sur, que quiere unirse la república rusa de Osetia del Norte, y de Abjasia, que reclama la independencia y no descarta integrarse más adelante en Rusia. "No sólo lo vamos a apoyar, sino que lo vamos a garantizar, tanto en el Cáucaso, como en el resto del mundo", anadió.

Medvedev abordará las perspectivas de arreglo del conflicto hoy en el balneario ruso de Sochi (mar Negro) con la Canciller alemana, Angela Merkel al que también asistirá el primer ministro ruso, Vladimir Putin.

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